LA ESKINA global , periodico cultural

miércoles, 15 de abril de 2020

LA ESKINA virtual número 14

No 14

LA ESKINA virtual 
14 
MENSAJES DE LOS LECTORES
LA ESKINA ha querido reunir en esta edición, comentarios de algunos de sus lectores, con el ánimo de darlos a conocer a sus lectores en general, y estimular así su participación, la cual puede llegar a integrar su entorno a esta publicación cultural.



Lisbeth Torres (Gestora Funcinep) Comentario sobre Divertimiento filosófico (LA ESKINA magazín No.71): “Les recomiendo este interesante artículo que me dejó muy motivada para continuar la tarea maratónica de la preservación de la memoria... y como en los buenos restaurantes... escrito por su director”.



Saludo de Mónica Triana,
(poeta) (LA ESKINA magazín No.72):
Hola buenas noches Claudio.
Te escribe Mónica Triana. Recibí una bella sorpresa con la publicación en tu periódico. Que además es muy interesante. Te agradezco mucho y me dio gran felicidad.

Pues me siento muy agradecida, Claudio, realmente fue una sorpresa porque no me lo esperaba y me apareció este sobre y cuando lo destapé me dio mucha emoción, mucha alegría, y ver tu periódico que se nota que tiene todo eso que describes, se nota ese gran cariño por las artes, ese valor tan grande como por toda la escritura y la palabra, entonces, pues eso es una gran (…) para mí es bendición porque necesitamos de todas esas personas que valoren las artes así como tú lo haces. Te agradezco muchísimo y les deseo lo mejor, también con el periódico, que vengan muchos triunfos y pues, aquí estamos con mucho gusto para lo que sea aquí en Bogotá. Muchísimas gracias, un abrazo, y muchos éxitos y muchas bendiciones.

Carlos Augusto Pereira Martínez (escritor) Lectura sobre LA ESKINA en general: Estoy como el topo, metiéndole ojos a esta Eskina, y encuentro oportuna la invitación a los lectores a retroalimentar con sus cartas, el magazín, como cuando no había aparecido el internet, que dio paso a los blog, los periódicos y revistas digitales. Creo, que para movilizar la interactividad con el lector -sin dejar de lado la estructura- hay que hacerle sentir que La Eskina es él, y ya abren el camino con la invitación a escribir. Y, que no aparezca (el lector) como invitado de piedra, ya será en una sentada del consejo editorial, donde decidirán la manera. Un abrazo.

Sobre LA ESKINA magazín No. 71: Claudio, una crónica bien jalada, (divertimiento filosófico) para tratar un tema -aparentemente- agotado, como se trata del tiempo. Pero, siempre he pensado, y su crónica lo corrobora, que el tiempo es historia, y la historia implica una pisada, un hacer, un construir, por eso más que subjetivo es cultural, y paradigmático. Un abrazo, Claudio.

Sobre LA ESKINA magazín No. 72: De los poemas de Mónica Triana me atraen la brevedad, y esa necesidad de hoy de escribir corto. El de la muerte con un buen cierre, al observarla, en la figura, de que su tránsito a ella, es un cambio de paisaje, por lo que los colores son otros. Sobre las consideraciones de Pichuco y la carta del Jefe indio Seattle, considero que el desarrollo sostenible es un fracaso, cuando a quienes manejan los medios de producción, los alienta solo la competencia a ultranza, de un neoliberalismo que no se despega del apocalíptico hidrocarburo, y la minería se reactiva con su paso destructor de ecosistemas. Por otra parte, qué bien que se trate lo de la penetración del inglés en nuestro idioma. Ya el español es un espanis.inglis, una mescolanza que no solo lesiona la gramática y la sintaxis, sino la buena escritura del español. Saludos.

Comentario al respecto de Giovanni Papini (LA ESKINA virtual No.13, abril 8 de 2020): Giovanni Papini, acudió a Gog, no como algunos lo piensan, por utilizar un seudónimo. No lo creo. Su Gog, era un heterónimo, en la misma funcionalidad de los heterónimos del poeta lusitano, Pessoa: hablar desde las distintas personalidades de un sujeto.
Sin Gog, Papini no hubiera podido manifestar su necrofilia por las ciudades de civilizaciones ya muertas. Son los troncos de columnas, arquitrabes rotos los que le causan una emoción de cadaverina arquitectónica exquisita. Ese papel necrológico se lo dejaba a Gog, que no sentía pudor alguno por expresar su pasión por lo necro. Papini, sólo estaba habilitado, para la vida de la modernidad  y sus ciudades vitales.
 (Humo de la voz) 
EL MELÓMANO (Salsa y Bembé)
Bucaramanga, diciembre de 2019
Por Claudio Anaya Lizarazo
Sí, amigo Beto, conocí al personaje hace ya varias décadas, era de los colinos del Álvarez, ¿no lo recuerda? Es hermano de un pintor, un paisajista que vende sus cuadros por la calle, los vende porque los camina, es un bárbaro para insistir, sobre todo ante los hijueputivos de los bancos i de las empresas; yo pienso que más bien es un artesano, pero bueno, él dice que es pintor; así como el personaje, antes decía que era sociólogo, que tenía alma de sociólogo… desde entonces nacieron mis dudas, pero como yo no era de su combo, poca importancia le di, al fin i al cabo pocas veces nos hemos visto, pero debo reconocer que hay en él cierta delicadeza indefinible, cierta dignidad que le confiere un claro perfil de intelectual inubicable. No sé si será sociólogo o si quiso serlo, no sé a qué se dedicará, a qué se habrá dedicado durante toda su vida, es muy probable que a muchas cosas i a nada. A este tipo de personas las conozco bien, por lo menos a las de nuestro medio porque veo, siento i sé, sobre las circunstancias sociales e históricas que hemos pasado todos, aguantando, chapaleando cada uno a su manera, con seguridad disimulando, para no aparecer como el cagatinta del grupo… ahora lo veo así, pues de joven uno tiene la chispa, pero es una chispa huérfana porque le falta la experiencia vital que se va acumulando con los años i que es precisamente la que le aguza a uno el olfato. A veces huelo que el olfato es el más importante de los sentidos, pues tiene conexiones profundas con los instintos i es tal vez la quintaesencia de la razón, el motivo medular de nuestra supervivencia.

Amigazo William Alberto, el “disckjey” quiso saber mi opinión sobre la música que estaba colocando, i me pasó un papelito para que apuntara cinco temas que quisiera oír i lo hice, i mientras cantaba Henry Fiol, él se deshizo en elogios sobre su música preguntándome si lo había conocido; le mentí que en Nueva York en el noventaidós, le dije también que se disfruta su música pero lo que más me pareció interesante fue el lento aterrizaje de sus borracheras i rumbas, de un singular tono “filosóficosuicida” que nos habla sobre la pifia de la vida ante la cual sólo queda la embriaguez del momento, la embriaguez de la rumba, del instante de la música que es sueño cósmico, de la música que es eternidad.

Estamos pasando de los sesenta i dentro de poco estaremos pegados a los setenta, i lo que me maravilla es nuestra insistencia en la nota que tuvimos de jóvenes: mire al personaje con su jean desgastado, asunto diferente a los que compran los jóvenes ahora con agujeros confeccionados, obsérvelo acompañado de su pelito, hoy sábado en la noche, en ella veo la mujer madura que no lo entiende bien en su melomanía, pero él no lo toma a pecho pues debe estar poderosamente atraído por su cuca nacarada, termina ella recordándome a esos levantes tímidos que hacíamos entonces i que la mayoría de las veces no lo  daban ni  a oler pues en esa época las mujeres de esta ciudad eran otras, tímidas i recatadas, además funcionaba la autoridad paterna respaldada por la autoridad materna, que era en realidad la que sabía para dónde iban las cosas i cómo habrían de terminar. Bueno, el caso es que nuestra generación, como todas, tal vez, lo que quería era divertirse, sentíamos esa urgencia por conocer el mundo i las cosas que nos traía la vida, creíamos que podían tomarse algunas, tuvimos sueños i luchamos por ellos, aunque en realidad fuimos flojos i tal vez lo que más hicimos fue soñarlos, por dos circunstancias permanentes: las dificultades en un medio excluyente i nuestra disposición entre impulsiva i facilista. De todos modos, con logros o sin logros, quedamos inscritos a una época i a la cultura de esa época, a sus modas i a su discurso. Por eso frecuentamos estos sitios, los que quedan, queremos encontrar reminiscencias de nuestros años despreocupados, venimos porque todos creemos como el personaje, del cual me gustaría saber su nombre, que seguimos siendo los mismos, todos nos empeñamos más en disimular la precariedad que las canas, por eso llevamos el compás de esta música caliente con las manos o los pies, por eso los dueños del negocio reparten entre los clientes maracas i cencerros, conocen bien nuestra  insulina, por eso el “disckjey” se sienta junto a algunos clientes, a quienes les ve chispa, les habla con pinceladas muy sueltas de la historia de esta música i hasta les deja programar varios temas, como a nosotros. Se acerca con un papelito i un lapicero no sólo barato sino semidestrozado para que le apuntemos algunos temas, i claro, uno apunta los temas de su raigambre i queda metido en el baile pidiendo cerveza mientras terminan de pasar la lista, para entonces, ya uno está picado i piensa en pasar otra lista i hacemos cuentas mentales e iniciamos a romper el primer círculo de prevención de nuestro presupuesto. Como le leí al maestro Julio Olaciregui si mal no recuerdo, en alguno de sus relatos: “Sólo trabajamos para poder bailar”; casi siempre es así.

LA ESKINA 
proyecto cultural y educativo.
Dirección: Claudio Anaya Lizarazo.
Diseño: Gloria Inés Ramírez Montañez
Bucaramanga, Colombia.


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