LA ESKINA global , periodico cultural

sábado, 25 de noviembre de 2023

LA ESKINA global Nº 133

  LA ESKINA global ISSN 1900 – 4168

No.133 de noviembre de 2023, laeskinavirtual@gmail.com; http//bloglaeskinavirtual.blogspot.com; WWW.ELLIBROTOTAL.COM; Bucaramanga; LA ESKINA:: Gloria Inés Ramírez M. (diagramación y diseño); Claudio Anaya Lizarazo (edición y dirección).

©Reserva de derechos de autor. Las opiniones expresadas en los artículos de esta edición son responsabilidad de sus autores.

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CUIDANDO CABRAS EN EL PÚLPITO

Esta tarde tuve que recoger ciento treintaicinco cabras de todos los colores, tamaños, formas, chiquitas, cuadradas, redondas y ovaladas. Las clasifiqué por la forma de atender; están las: sordas, cojas, gordas, flacas, tontas, avispadas, sucias, o bebés; les asigné un silbido particular o con mi ocarina y caracola que encontré en una cueva y hago sonar en la mitad de este gran cañón que es como una inmensa oreja donde retumba hasta la más inmensa lejanía, incluida la Cascada de Montegrande y el Cerro de La Bruja, en Aratoca. Para que las cabras vuelvan, primero silbo, después hago sonar la ocarina y por último la caracola; me siento un rato a mirar el panorama y tirar piedras a las nubes en forma de cabras; de pronto asoman sus cabecitas por entre los riscos y llegan moviendo la cola, otras saltan desde peñascos imposibles, yo apenas cierro los ojos porque pienso que se va a matar alguna; hay una cariñosa que siempre me regala piruetas y saltos para que le regale caramelos, a veces no tengo. Ayer mientras paseaba por El Púlpito, vi movimientos extraños; en ese sitio sagrado para mis cabras y los viejos, vi gente vestida de forma rara: con mantas, plumas, báculos con lagartijas, gorros de algodón, flautas y tambores, en un momento pensé, que habían resucitado de los cementerios indígenas los antiguos habitantes del Cañón del Xhikamoxha; hasta la cabras presentían algo, asustadizas hablaban entre ellas, mirando para todas partes, paraban las orejas y se confundían saltando en diferentes direcciones. Para completar el misterio, empezó a caer una llovizna finísima en ese sitio donde eso prácticamente es un milagro. Ahí fue cuando ocurrió lo inimaginable: un arcoíris por encima del Cerro de La Bruja, de millones de colores, pensé en ese instante que Dios había descendido del cielo… ¡Qué magia¡, repetía una y otra vez, mientras silbaba, corría por los pedruscos, gritaba, tocaba la caracola y mirando para todas partes, me imaginaba en un fantástico universo, ese era mi patio de juegos de veinte mil hectáreas, un millón de metros cúbicos de cielo, nubes blancas, oxígeno y todos los escondites para recorrerlos en mi imaginación montada en un ciempiés gigante… ¡Todo fue real!  Una tarde de vibrantes anaranjados y nubes luminosas, cuando salga a recoger las cabras de la vieja Teodora, me gustaría encontrarme con el espíritu de alguno de mis antepasados, cuyos restos están en los agujeros que tienen los peligrosos acantilados del Gran Cañón; me sentaría a preguntarle historias antiguas de cuando mis abuelos ancestrales se alimentaban de maíz, animales salvajes, pescado, hormigas culonas y adoraban al dios Sol. Ahora sí empiezo a entender la realidad de las historias fantásticas de la vieja, ella, cuando llego tarde me cuenta historias de duendes color oro y  vestidos de raíces, que han robado niños que se demoran y pierden los animales. Yo sé, Teo, es supersticiosa, habla de vainas que no se las cree  nadie, sólo ella.

A todo el combo de parceros de la infancia:

Mi primera novia, mi primer pez, Carlos “Vivalda” arquero del cosmos, al Halcón Fredy,  y a ese niño que camina nuestros campos con sereno corazón, sintiendo la cordillera en sus pies, manos, ojos y alma.

SOY ITXU

“Según mi padre: Dios madre o el femenino ancestral”

Soy Itxu,  vivo en el Cañón del Xhikamoxha, tengo  ocho años, mis padres me abandonaron una tarde en que salí a recoger cabras; siempre las cuido desde que tengo cinco.  He aprendido muchísimo de este sol que me da luz todos los días.  Mis abuelos árboles me enseñaron  a contar, las gotas de lluvia que se necesitan para sobrevivir un año sin agua. Los ciempiés me dicen dónde sale la hierba, en determinados sitios.  De los caracoles tengo la suficiente paciencia como para esperar la más perdida de las cabras; de las plantas espinosas tengo el secreto de cómo cuidarme de la inclemencia de los rayos solares, aun en la hora más calurosa; de los caminos de piedra entiendo que los pasos de todos van hacia el mismo sitio y que a todos nos encantaría reír siempre a todo momento. Yo, lo hago con mi amigo imaginario, con él construyo las más divertidas historias, aprendo a contar las estrellas y me dejo guiar cuando me quedo con mi amiga la noche. De los alacranes he aprendido respeto, cuando alguno pasa cerca de mí, no lo molesto y le digo mentalmente que le vaya muy bien debajo de sus piedras; jamás busco cosas debajo de las  piedras, siempre hay uno de ellos esperando con su aguijón… me imagino lo peligroso que sería un alacrán con alas. En este, mi universo, me sostiene el respeto por la Divina madre naturaleza, quiero que me acompañen a recorrer con los ojos del asombro un sitio donde no necesitamos ningún aparato tecnológico; llámese BlackBerry, Smartphone, iPad... etc. Lo único que necesitas es la prodigiosa ciencia de tus  sentidos humanos, ven al jardín de lo real… donde caminas y el mundo que soñaste está al alcance de tus pestañas… Bienvenidos al Gran Cañón del Xhikamoxha ¡

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EL GRAN CAÑÓN ANTES DEL TIEMPO
Por Claudio Anaya L.

Que a siglo i medio, en promedio, de haberse publicado “Cartas desde mi molino”, de Alfonse Daudet, o cartas “Desde mi celda”, de Gustavo Adolfo Becquer, por citar sólo dos ejemplos de la vigorosa producción del Romanticismo, que en estas breñas supera en arraigos i ecos a la producción de esta escuela en nuestros autores, se publique “Itxu, la niña del Cañón del Chicamocha”, no nos habla de que “Itxu” sea una producción del “Romanticismo tardío”, aunque varios de sus rasgos encajen con la vieja escuela (1), sino que Itxu es una obra surgida de su suelo i de su época como toda obra auténtica, que indaga su entorno i en esta faena explora el lenguaje con el cual expresar esos mecanismos ocultos a la mirada común, i que llevan al autor al descubrimiento de un lenguaje como fuente de belleza i de reacción ante un marco social i político de nivel local i universal, que no se puede pasar por alto, que rige actualmente i determina una presión sobre las diversas sociedades, generadoras de una gama de respuestas, una de ellas, es volver los ojos hacia los espacios naturales sobrevivientes, (como lo hicieron los Románticos desde finales del Siglo XVIII hasta bien superada la mitad del Siglo XIX) como alternativa para escapar del caos de la economía capitalista de extracción a ultranza, sí, volver los ojos al campo.

Este retorno en “Itxu”, es un reencuentro con las culturas vernáculas (nuestra cultura mestiza, entre ibérica i amerindia, conformada por largos siglos de cocimiento en esta región) i el redescubrimiento de los ancestros guanes, sobrevivientes, es cierto, pero antes de esto, latentes en los elementos naturales de los cuales nace, es decir, cósmicos. La lectura de “Itxu”, da la idea de que su narración es hecha por una niña púber, niña aún, que en su paso de niña a joven descubre su mundo a través de sus rutinarios paseos, un mundo en estrecho contacto con las latentes energías de los elementos naturales, como se dio en todas las culturas primitivas i raizales, i como es muy posible que se vuelva a dar ante la perspectiva del cambio climático o el vuelco ecológico. La niña recorre sus caminos, pero un día, los días de sus relatos, es la misma niña aunque con otros ojos que le permiten narrarse a sí misma i a nosotros, su experiencia de identidad i amor por su terruño, como si fuera contado por una narradora muy joven o por un adulto que se vuelve niño porque regresa a su ingenuidad primitiva al entrar en contacto con el paisaje natural, que lo retrae a los espacios de la niñez.
“Itxu, la niña del Cañón del Chicamocha”, breve colección de doce relatos cortos que guardan la quintaesencia de uno de los aspectos de la espiritualidad de nuestro pueblo, es una narración ingenua, tranquila, que nos acerca a la comunión con los elementos naturales i nos hace evocar las antesalas de un mundo primitivo, revelado en el áspero pero amoroso contacto con la Tierra, i en la expectativa de una historia insinuada en los vestigios de la Cultura Guane ocultos entre los incontables pliegues del desértico Cañón del Río Chicamocha… es la voz de una forma de pensar i de actuar que regresa a la infancia al contacto con los lugares íntimos, o a las esencias reconfortantes de la rusticidad i que al decir de Cesare Pavese nos remonta en su viaje río arriba, en búsqueda de la fuente del mito i la leyenda, para llegar así, al estado de gracia que nos revela las fuentes del origen.

Cañón del Río Chicamocha
con sus desfiladeros i su río
que se desliza en la perennidad de la lejanía
visto como un recuerdo antediluviano
irrigando ese ciclópeo i laberíntico
desierto de montaña
cuyos vientos disuelven el tiempo
i nos dicen que
la historia es ahora
bajo esos soles dorados i rojos
i esas silenciosas lunas de plata
que lo hacen inmenso hasta el extrañamiento
como estos rasgos mestizos
que me revelan en mi otra familia
todo, Sol i Luna, cerámica i amonite
i este necio asombro maravillado
ante este gigante desmesurado
que no se termina de conocer
el misterio de mis ancestros
mis amigos, mis hermanos, mis vivencias
todo, todo se guarda en el fondo del baúl
en el fresco rancho de mudo barro
en cuyo umbral
una tinaja con agua
refleja el cielo.

(1) Alejarse de las metrópolis; volver los ojos al terruño; investigar en las culturas vernáculas i en los mitos i leyendas locales; asumir una actitud de rechazo ante una “cultura oficial” homogeneizadora i globalizante, hoy en día diríamos: tecnologizante; implementar un lenguaje i unas propuestas literarias que tiendan a lograr un alto valor estético; encarnar una actitud mixta entre literatura i política, que sirva para la liberación de la humanidad.

Fredy Chona: gestor, músico virtuoso, poeta i narrador; animador i colaborador incondicional de cuanto evento cultural se realice en estas regiones; multifacético creador con el don de la ubicuidad, pues se cuenta que en un par de oportunidades ha sido visto simultáneamente en dos lugares, ejecutando en uno de ellos la flauta guane, i en otro, su saxofón. 

Fotos tomadas de la biografìa de Fredy Chona, en facebook

LA ESKINA global es un proyecto cultural de distribución gratuita.

 

LA ESKINA global proyecto cultural y educativo.

Edición y dirección: Claudio Anaya Lizarazo.
Diseño y diagramación: Gloria Inés Ramírez Montañez
Bucaramanga, Colombia.