LA ESKINA global , periodico cultural

sábado, 6 de febrero de 2021

LA ESKINA global No 100

PÁGINA 1

LUZ HELENA CORDERO VILLAMIZAR

Tres microrrelatos del encierro, (2020)
Cedidos exclusivamente para los lectores de esta edición 100 de LA ESKINA

 El balcón

  Lleva dos meses recluida en un balcón. Por fortuna llegó la primavera y con un cobertor será suficiente. Me envía fotos con un tapabocas hecho con un trozo de tela. En el baño y en la cocina no puede cruzarse con sus dos hijos porque puede contagiarlos. Ellos le mandan besos por el teléfono y siguen cada uno en su clausura. Duermen de día y estudian de noche con sus clases virtuales. El viejo lleva el mismo tiempo sin salir de su cuarto, debatiéndose entre el miedo y la soledad. Le dejan la comida tras la puerta. En su cumpleaños le hablaron por la pantalla del ordenador. Tres recuadros sonrientes le desearon vida eterna. 

  Todas las puertas cerradas y ella en el balcón. Cuatro largos metros de distancia y temor. Ha perdido el gusto y el olfato, otra forma de confinamiento. Abre una lata de algo y traga entero, como alimentando al enemigo. La ciudad está vacía y las restricciones son severas. Llegaron hace pocos meses al país y sus papeles no están en regla. Traían proyectos y sueños que siguen entre las maletas. Ahora más que nunca se siente en la casa la ausencia de la madre. Tan pronto llegaron dejó de respirar, como si hubiera sabido lo que estaba a punto de ocurrir. 
   Cuando mi amiga duerme, sus pies se deslizan hasta tropezar con la balaustrada. Despierta para recordar que en sueños se ha lanzado del balcón. Entonces mira hacia abajo y ve sus zapatos colgando de los cables eléctricos.               Hoy me ha escrito: “Tengo la vida suspendida”. La imagen no puede ser más literal.  

El vecindario

        Cuando todo comenzó, los hermanos estaban recluidos en el sanatorio. El día que volvieron a casa, la comunidad permanecía confinada. El portero apenas los vio subir, llamó a la madre para alertarla. Ella llevaba mucho tiempo aguantando la presión, la angustia de verlos irrumpiendo con golpes, rompiendo las ventanas para arrojar los muebles, la ropa, el televisor, la puerta, la comida. Cuántos años pagando los desmanes de sus hijos, desde que la locura, como una maldición, se los arrebató de la mano y les instaló esa bruma en la mirada. Gritos, carcajadas, soliloquios y, lo peor, esa compulsión compartida que los llevaba a incendiar los pasillos, el cuarto de la basura, el ascensor. Y los vecinos con sus recursos legales, con su policía y su alma de carcelero.
       Pero hoy, en pleno confinamiento colectivo, nadie se atreve a izar las camisas de fuerza. Los hermanos no tienen restricciones para su desvarío y en los departamentos y pisos aledaños ha recomenzado el fisgoneo, el sobresalto. 
       A esta hora todos duermen. El portero abandona su cabeza sobre el velador. La madre ya no puede retenerlos. Sale el mayor, la mirada desorbitada. Detrás el otro, arrastrando su delirio. Solo para ellos se abre el cielo estrellado. La visión los deslumbra, los sosiega. Por fin libres, dueños del  vacío, a salvo de su detestable vecindario. 

 La escalera

     Es la primera vez que baja la escalera. Por la pandemia han cerrado el ascensor. No conocía el color de los pasamanos, ni el detalle de los escalones de mármol que guardan la lustrosa memoria y la nobleza del paso del tiempo. Mientras desciende los seis pisos, piensa por qué nunca antes recorrió la escalera, si acaba de cumplir seis años viviendo allí. Lo del seis no le parece una casualidad sino un augurio. Repasa uno a uno los descansos en cada piso y echa un vistazo a las puertas cerradas, todas idénticas. Frente a ellas ve zapatos, chanclas, baletas y zapatillas, como si fueran insignias o vestigios de sobrevivencia. Es raro. Sabe que en todos los pisos solo quedan ancianos fundadores del predio y este lleva sobre sus bases el paso de seis décadas. Seis, otra vez seis.  Como siempre, suele perderse en cavilaciones, en la búsqueda de vínculos ocultos. Cuando llega al primer piso el silencio es interrumpido por la tos del vigilante. Tiene el uniforme raído, como la silla donde se sienta. Antes participó como obrero en la construcción del edificio. Lo repite con orgullo. Nunca se irá de allí. Parece soldado a las paredes que ayudó a levantar, guarda una especial devoción a los moradores antiguos y con él siempre ha mostrado desconfianza. Desde que compró el apartamento de la moribunda por un precio tan bajo, no ha tenido buena relación con sus vecinos. Atraviesa la portería, se coloca los guantes y la mascarilla y sale para enfrentarse a un ejército invisible. 
     De regreso, ya no hay nadie en la recepción. La escalera está en completa oscuridad. Debe subir calculando cada paso. Los paquetes le pesan, los carga con dificultad. Qué habrá ocurrido con la luz, debía encender de manera automática. Cuenta cada peldaño y escucha su respiración, cada vez más agitada. En los descansos solo el fastidio. Enciende la linterna del teléfono y lo sostiene entre los dientes.  Esta vez frente a las puertas ya no encuentra el más mínimo rastro de vida. Sabe que a los viejos les está vedado salir a la calle y no encuentra explicación alguna. Es como si todos se hubieran ido. Pero ¿a dónde? Qué larga se ha hecho la escalera, se dice. Ya ha perdido la cuenta y no acaba de llegar al maldito seis. Entonces se produce el tropezón. Comienza a rodar y mientras cae, siente sobre su cabeza una precipitación de zapatos que lo golpean uno a uno, como certeros puntapiés, largamente contenidos. 

LUZ HELENA CORDERO VILLAMIZAR (Bucaramanga, Colombia)
Psicóloga, Magistra en Literatura. Su obra incluye poesía, narrativa, crónicas y ensayos literarios.
Libros publicados:
Pliegos de cordel. Bogotá: Domingo atrasado, 2019 (Fusión de géneros).
Eco de las sombras. Bogotá: Editorial Exilio, 2019 y Uniediciones, 2018 (Poesía)
Postal de la memoria (antología personal). Ibagué: Caza de Libros, 2010 (Poesía)
Por arte de palabras. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2009 (Poesía)
Cielo ausente. Bogotá: Ediciones Sociedad de la Imaginación, 2001 (Poesía)
El puente está quebrado. Bogotá: Editorial Magisterio, 1998 (relatos)
Canción para matar el miedo. Bogotá: Editorial Magisterio, 1997 (relatos)
Óyeme con los ojos. Ciudad de México: Verdehalago, 1996 y Bogotá:  Editorial Trilce, 1996. (Poesía)
Su obra poética se incluye en diversas antologías. Poemas suyos se han traducido al inglés, al portugués y al alemán. Algunos de sus ensayos y crónicas circulan en revistas literarias y académicas.
Gran parte de su obra en prosa se encuentra inédita.
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Gloria Elena Carrillo

-promotora de lectura, educadora, escritora-

Rostros  en  la cuarentena

Como un caimán silencioso que no teme a las aguas, así va la canoa río abajo. Apretujados, sudorosos, asustados, mojados, embarrados por la prisa y el horror, los chiquillos pegados a las enaguas de sus madres. Ellas morenas, de ojos negros abiertos y desamparados, es negro su cabello y lacio como la noche que se deja venir por los lados del río y se va pegando a la canoa. En silencio todos se abrigan y temen, se saben solos.

Avanzan  deslizándose por el espejo brillante del agua de ese río, que ha sido su hogar y la noche se siente espesa en la oscuridad, la canoa marrón obedece a la fuerza que el hombre indio le imprime al canalete para huir y salvar  a un puñado de los suyos, una parte de su pueblo, un pedacito, el resto huyó por el monte, perseguidos por los asesinos, sus hermanos y abuelos, ¿dónde estarán? Ya no se oyen las balas y los gritos, y las botas y los pies veloces, saltando para salvarse. La mirada alta escudriña la rivera y se pierde en la profunda noche… nada, nada. Ni la luna mentirosa. (mayo 2020)

Conversación

— Madre, ¡quién diría cinco años!

—Conversemos, sentémonos un rato como antes cuando llegaba a casa.

Su sonrisa de niña buena, iluminaba  y contenía mis horas. 

—Por estos días María, tengo el corazón frágil y lloró cada rato, parece que en mis ojos una tormenta se desató, un río se desbordó y no cesa de salir agua. 

—Parece madre, que al abrir la ventana para que volará el colibrí, no dejan de pasarme causas y cosas. 

—¿Cómo así, cuándo voló, para dónde? ¿Y por qué lo dejo ir? 

—Madre,  creció, volar es su oficio, la envergadura  de sus alas lo llevó al otro lado del océano allá, donde el mar y las olas acarician la ciudades. ¿Qué hacer ante lo majestuoso?  Quería volar, reunió en sus ojos nuestros sueños, vio el horizonte, se llenó de tierra, de luna, de luces, cómo no dejarlo ir, si es un colibrí? (mayo 2020)

 LA ESKINAcien pasos hacia el infinito

Javier Félix,

Gestor Cultural, 2021

Javier feliz
 En los años 90 regresando a Bucaramanga me encontré con unas actividades culturales interesantes alrededor de la biblioteca Gabriel Turbay. Bajo las palmeras de su plazoleta algunos amigos intelectuales, con mucho cariño me recibieron y se convirtieron en la tertulia de la biblioteca para mí. La frecuentaban, poetas, actores de teatro, artistas plásticos, dibujantes, gestores culturales; todos departían en las tardes y hacían una tertulia viva, disertaban sobre escritura, pintura y artes en general. Entre ellos, buscaba a un hombre con una mirada franca y sincera, a quién me habían recomendado preguntar: ese hombre era Claudio Anaya. Inmediatamente nos saludamos, reconocimos que veníamos de distintos caminos, pero para encontrarnos por alguna razón. Entre nuestras conversaciones pasaron los nombres y las obras de los poetas contemporáneos, los clásicos y los colombianos, en su haber reposaban las estadísticas de la literatura santandereana y todos los nombres que hasta la fecha se tenía referencia histórica en el círculo literario regional. Nos fuimos adentrando en una amistad tranquila pero entusiasta por la literatura y fue fácil encontrar un camino común para hacerlo realidad. 
       Tiempo después nos dirigimos a un periódico de la ciudad, buscando que nos apoyarán la publicación de un manifiesto, donde advertíamos la gran deficiencia en la gestión de la literatura regional y la necesidad de apoyo por medios publicitarios o periodísticos a la poesía, al cuento, a la narrativa, al teatro y en general a la gestión cultural. Funcionaba por esa época un suplemento literario que con mucho acierto dedicaba sus páginas dominicales a ilustrar todos los temas culturales de la ciudad, sin embargo, no fue posible publicar nuestro manifiesto en ese periódico de gran circulación.

Al principio sentimos impotencia al ver que no hacíamos parte del círculo literario de poder y que no tendríamos la oportunidad de publicitar nuestro manifiesto, pero nos fuimos a una esquina cerca del diario y tomando unas cervezas, surgió la idea de crear un periódico que cumpliera la función de publicar y mostrar el proyecto literario colectivo de la época. Fue fácil convenir en que teniendo en cuenta que, en las esquinas de la ciudad existían unos nichos en los cuales se publicitaban los entierros, los circos, los teatros, los espectáculos que venían a la ciudad, pudiéramos tener ese espacio libre para publicar nuestro cartel literario; trabajamos intensamente la idea, logrando estructurar lo que el tiempo permitió desarrollar como un periódico cartel, con los mismos logotipos de un gran periódico de circulación nacional como El Tiempo. La idea era que el periódico tuviera un nombre que fuese recordado fácilmente y que como iba a ser ubicado en las esquinas en los nichos de los cárteles, tuviera cercanía con las personas y se pudiese leer por cualquier caminante.
LA ESKINA, surgió con la K para que fácilmente se recordará entre quienes fueran accediendo a sus contenidos. Nos dimos a la tarea en una litografía, al trabajo de la edición del primer número o príncipe como lo llamó Claudio, conocedor de temas litográficos y editoriales. Aquella edición surgió en el año 2002 y con ella, inició un camino misterioso de coincidencias, de aperturas, de convocatorias, de encuentros, mecenas y complicidades afortunadas, también se suscitaron relaciones entre intelectuales, artistas, enamorados de la poesía, de la narrativa, de las artes. Esta primera parte de la historia dio la fuerza a otra etapa de trabajo que hoy conmemora el número 100 de este ejemplar periódico, con equipos de trabajo y bajo la dirección inteligente y ética de aquel estandarte que conocimos en los años noventa, nuestro entrañable compañero Claudio Anaya. Aquel cómplice de la necesidad de hablar con libertad y de traer a la memoria el oficio literario.

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 ADICCIONES HISTÓRICAS

500 semillas #8;

Por JE-Cordero-Vi

    ¿Quiénes me escuchan o me leen son portadores de una visión de la historia humana según la cual vamos bien y mejorando? La historia de la especie, sí. ¡Qué simplificación! Anduvimos colgados de los árboles peleándonos la comida con las fieras. Hoy vamos rumbo a las estrellas abandonando un planeta que ya está sucio y pequeño. ¿Progreso? ¿Eh? Evidente. Conviene escuchar otras versiones y por eso traigo la de un magnate excepcional, el doctor italiano Ladro Per Secoli, hombre que ha vivido siglos y sabe de lo que habla.  --Doctor Per Secoli, ¿puede resumirnos la historia de la humanidad?

     LPS: Pudimos bajarnos de los árboles porque aniquilamos las fieras y de ahí en adelante mi estirpe, los Ladro, llevamos el título nobiliario “Ladrones”. La connotación de esta palabra para mi casta, no es la misma que para ustedes, entiendo. Valga la aclaración. Hemos hecho una carrera de 50 mil años y ganado todos los títulos en cada era histórica: organizamos hordas para arrebatar reservas de comida a grupos indeseables. Cuando fuimos agricultores, observábamos que otro poblado tenía mejores cultivos; matamos y obtuvimos mejores cultivos, reservas y ¡tierras! Hemos robado tierra desde el génesis y así será hasta el apocalipsis. Se la hemos robado a los elefantes, a los colibríes y a hombres. Por ella hemos peleado ochocientos millones de combates entre rencillas, guerritas, guerras, grandes guerras y súper guerras. Robamos animales para la alimentación o el trabajo. ¡Muy buen ganado, comandante!, felicitaciones. Luego nos dio por robar materiales que brillan. Y eso sí fue brillante... fuimos por los continentes opacándolo todo. Una labor bendecida por los sumos sacerdotes. Ellos, por supuesto, consultaron con el altísimo y nos informaron que estaba bien, incluso, cuando nos dio por robar gente. Llegamos a un continente donde sobraba y cargábamos tanta, que muchas barcazas se hundían por el peso, a pesar de que esos cuerpos no tenían alma. De paso, para darles gusto a nuestras damas en la cocina, robamos especias. Por ellas nos tocó ir a China, Polinesia, África, Arabia, las 3 Américas... muchos países. Sabían bien todas. ¡Las especias, no las damas! (RÍE). Pero nos faltaba energía y encontramos petróleo. Mientras tuvimos de sobra, hubo paz y el pillaje lo redujimos a baratijas: carbón, cobre, piedras preciosas, tabaco, banano, cosas así. Pero la aguja del tanque empezó a bajar y nos tocó robar petróleo. Y estamos en eso. Ya hemos liberado a muchos salvajes de esa viscosa sustancia y a los que se resisten les damos su merecido. Pregunto: ¿a ellos para qué les sirve el petróleo si no tienen con qué procesarlo? Ni carros ni aviones tienen esos ambiciosos. Y violentos, ¡cuidado! porque eso sí son. ¡Malignos! Lo único que saben es envidiar a quienes lo hemos hecho bien: ahora están acusándonos de robar ríos, montañas, bosques...


El hambre que traen les achicharró el cerebro, no hay otra explicación. A pesar de ellos los estamos ayudando, ahí tenemos oenegés tratándoles sus adicciones a las bombas molotov, a las piedras y a otras basuras... Les hemos tratado con drones y cohetes teledirigidos. Por ejemplo, en Afganistán esa terapia ha dado resultados y ya estamos transfiriendo terapeutas a otros continentes. Para finalizar mi respuesta a su pregunta, le hago una confidencia: hemos concluido que hay mucha desgraciada gente. Y que lo mejor es que no sepa que es desgraciada. Entonces les estamos robando el contenido cerebral y haciéndoles creer que sus verdades son relativas y que hasta la verdad contra nosotros es mentira. ¡Santo remedio!  (mayo 2020-

 Editorial

LA ESKINA
llega a su edición 100
Por Claudio Anaya Lizarazo, 
LA ESKINA global
Bucaramanga, Colombia.
Es todo un motivo de festejo, anunciar a nuestros lectores la llegada de LA ESKINA  a su edición número 100. Ediciones que han quedado agrupadas por las circunstancias que se nos han presentado con los años, así: Se han publicado 36 ediciones de LA ESKINA cartel poético, ISSN 1900 – 4168, en soporte de papel, de junio de 2002 a diciembre de 2009, en su primera época, correspondienes a los números del 1 al 36; y 36 ediciones de LLA ESKINA periódico cartel, ISSN 1900 – 4168, en soporte de papel, de marzo de 2017 a febrero de 2020, en su segunda época, y correspondientes a los números del 37 al 72, y cuyas ediciones de la 69 a la 72, se hicieron en formato de “tabloíde menor“ a cuatro páginas. Esfuerzo editorial que se vió frenado por las condiciones de aislamiento derivadas de la pandemia del Coronavirus (Civid 19); lo que nos llevó a acogernos a LA ESKINA virtual, proyecto alternativo que veníamos desarrollando desde enero de 2019, (y al blog LA ESKINA virtual), llegando a su edición 27 con la publicación de enero de 2021.
Ante la incertidumbre social, económica y política, que nos sigue planteando la pandemia, decidimos continuar con el proyecto cultural LA ESKINA, por los medios virtuales, dada su economía y su versatilidad en cuanto a la difusión, por lo cual, con esta edición número 100 de LA ESKINA, reunimos todas las mencionadas y anteriores épocas, integrándolas en una sola numeracion: la número 100.
LA ESKINA es un periódico cultural con énfasis literario, que nace de la necesidad de canales de expresión de los escritores regionales, y de creadores y gestores de otras áreas del medio artístico y cultural. En sus primeras 72 ediciones, fue una publicación en soporte de papel, con tamaño de 28 centímetros de ancho por 42 centímetros de alto, impresa en tinta sepia, e inspirada en los carteles murales que se pegaban en las esquinas de la Bucaramanga de mediados del Siglo XX, con variada información publicitaria, funeraria y cultural; estos carteles fueron un medio alternativo a la radio, a los periódicos y a la entrada de la televisión en ese entonces, y que muy seguramente venían usándose desde siglos anteriores como medio de información pública.
En su primera época, comprendida por sus primeras 36 ediciones, se publicó como cartel poético,  impreso sólo en la carátula, e incluía a un poeta importante, (poemas del autor, reseña sobre su obra, y fotografías).
En su segunda época evolucionó a periódico  cartel, reiniciando con el número 37 y llegando hasta el número 72, ediciones ya impresas por sus dos lados, carátula y respaldo. Es característico de esta segunda época, la conservación de la carátula para el escritor, artista o gestor invitado, y, el respaldo, para la publicación de ensayo, cuento, poesía, crónica, reseña, comentario y noticia cultural.
En su tercera época, LA ESKINA llegó al diseño virtual, al encanto del color y a una buena gama de recursos tecnológicos que nos acercan a las exigencias del público en general y a diseños más estéticos. Se hicieron 27 ediciones entre enero de 2019 y enero de 2021, conservando la estructura general de la anterior segunda época, para llegar al momento presente de esta edición que réune a todas las anteriores ediciones y épocas, en LA ESKINA global 100.

LA ESKINA fue fundada por Claudio Anaya y Javier Félix, el 1 de mayo de 2002 y se publicó en su primera época, hasta diciembre de 2006, con el apoyo editorial de Daniel Navas, director de (Sic) Editorial, hoy en día, Editorial EL LIBRO TOTAL. Para su segunda época, que se inicia en marzo de 2017, es un proyecto independiente cuyo editor es Claudio Anaya; a este proyecto se vincula Gloria Inés Ramírez Montañez como diseñadora y diagramadora, y Sic Editorial, que a partir de los diseños digitales de LA ESKINA para medios virtuales, genera LA ESKINA en el proyecto LIBRO TOTAL.
Es importante mencionar también, que LA ESKINA ha agrupado como colaboradores en diferentes momentos, a personas de variadas áreas y medios, de las cuales quiero mencionar a: Carlos Lizcano, Jaime RojasNeira, Eduardo Cordero, Wilson Bejarano, GloriaElena Carrillo, Antonio Acevedo, Mireya Valbuena, Idania Ortiz, Raúl Moreno Jeréz, Claudia Mantilla, Rina Cecilia Contreras, a quienes les manifestamos nuestro  agradecimiento y aprecio. 

Adelante, apreciado lector, tiene en sus manos una obra en marcha que se está constituyendo en una historia de la literatura en Santander, y dispuesta a las creaciones culturales y artísticas de cualquier lugar del mundo; prueba de ello es la publicación y difusión que hemos hecho de la obra de gran cantidad de autores, creadores y gestores en diferentes áreas, regiones y países; difundimos cultura por medio de textos cortos y fundamentales, en su característica y ágil presentación de dos páginas cartel, con el apoyo de nuesro blog, atendiendo al perfil del lector contemporáneo en medios virtuales, para quien los textos adquieren el perfil de zonas móviles y dinámicas, dentro de las cuales, LA ESKINA global aspira a proponerse como una ventana más hacia el universo cultural, esa otra corriente de espiritualidad que aún conservamos.

Humo de la voz

LA PERLA EN EL PAJAR

Por Claudio Anaya Lizarazo

En este libro de Juan Gelman, titulado: Miradas, i que reúne 77 crónicas publicadas entre el 18 de octubre de 1998 i el 1 de febrero de 2004, aparecidas en un diario porteño, encuentro el oficio del lector de los asuntos del mundo, ejercido a un nivel magistral; son evidentes las extensas lecturas del maestro como su aguda mirada para darnos en cortas crónicas, una particular semblanza de la obra i la vida de numerosos protagonistas de la gran cultura,  con el valioso aporte al mostrarnos a esas obras i esos protagonistas, a partir de algunos de sus singulares rasgos, parte de la casual o calculada filigrana que las origina, sólo captada por el experimentado criterio de quien ha sabido integrar en una elaborada visión, los oficios de la lectura, la escritura, la conversación, i la reflexión profunda o elevada, demostrando así, la riqueza inagotable de factores que configuran la realidad i los incógnitos caminos de encuentro, entre las obras de arte i el destino de los artistas con su público.

 Su mirada curiosa crea una extensa panorámica del mundo cultural i el arte del Siglo XX, de las relaciones de estos creadores, las más de las veces, difíciles con sus respectivas sociedades, pero sobre todo con el mundillo político. Se aprecian los caminos tortuosos para el parto i la difusión de las ideas renovadoras, también el éxito de algunos, pero, sobre todo, la lucha del espíritu por desentrañar los nuevos sentidos de la realidad, i a su vez, generar el hecho estético. Nos sorprenden los ángulos tan particulares desde los cuales Gelman hace sus apreciaciones, la fusión entre su óptica original i acuciosa i los elementos constitutivos de la obra, como ocultos engranajes.

Grato magisterio el del lector que, asumiendo la lectura de las obras importantes (lo que en realidad, además de la Naturaleza, vale la pena en el planeta), ofrece a los lectores esa compleja unidad para nuestro conocimiento i sorpresa, como sólida base que permite acceder a  criterios más maduros sobre las obras i sus autores; grato magisterio el de insertar en los periódicos, en medio del terreno farragoso de las malas noticias i de la publicidad abrumadora, esas casuales columnas que como perlas, con su lectura, iluminaron algunas fechas de nuestros calendarios.

cofundador del grupo poético “El pan duro”, secretario de redacción de la revista Crisis, dirigió el Suplemento Cultural de La Opinión, fue jefe de redacción de Noticias, traductor de la Unesco, i colaborador de Página 12.

Su obra se inscribe dentro de un Realismo crítico e intimista, conformado por los ámbitos de lo cotidiano, en donde resalta el tono político de denuncia i la indignación ante las injusticias. De sus libros de poesía, destacamos: Violín y otras cuestiones; El juego en que andamos; Velorio del solo; Gotán; Sefiní o Cólera Buey; Los poemas de Sidney West. Otras obras son: Citas y comentarios; Hacia el Sur; Composiciones; Carta a mi madre; y País que fue será.

Juan Gelman recibió numerosos premios i reconocimientos, entre ellos: Premio Nacional de Poesía en 1977; Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2005; Título de Ciudadano Ilustre de Buenos Aires. En el año 2007 obtiene el Premio Cervantes, el más importante premio en Lengua Castellana; i en 2009, la Asociación de Poetas Chinos le concede el Premio Antílope Tibetano.

ACONTECIMIENTOS (fragmentos- 27 de julio de 2000)

Por Juan Gelman (del libro Miradas)

¿Qué atrajo del cine y la fotografía, en apenas sus inicios; a grandes escritores? ¿Sus representaciones, tan <no naturales> como las de la escritura, pero más <reales>? ¿La posibilidad de estudiar con la vista lo que el ojo del espíritu no ve? Mucho antes de Walter Benjamín o Roland Barthes, Marcel Proust daba importancia, en vida y obra, a la imagen fijada. Era un ávido coleccionista de fotos de amigos y conocidos, capaz de sobornar a una mucama para que le trajera, robándola, una de la joven Jeanne Pouquet. Y en
A la sombra de las muchachas en flor dice: <Hay placeres como fotografías. Lo que se capta en presencia del ser sólo es un negativo, se lo desarrolla más tarde, en casa, cuando se tiene a disposición ese cuarto oscuro interior cuya entrada está “prohibida” mientras se ve a la gente>.
*
Marey investigaba el vuelo de los pájaros y en 1882 inventó una cámara que permitía registrar una serie de desplazamientos continuados de las aves. En 1894 adosó una suerte de cámara cinematográfica a un microscopio para detener en imágenes la actividad de las células. Muybridge, empeñado en demostrar que hay momentos en que un caballo levanta al correr las cuatro patas del suelo, imaginó en los años 1880 el zoopraxiscopio, un proyector que mostraba en rápida sucesión fotos impresas en un disco de vidrio rotatorio que producían la ilusión del animal en carrera. Hay varios pasajes de A la búsqueda del tiempo perdido en que la dinámica visual del movimiento se expresa en segmentos verbales de agilidad acrobática. Por ejemplo: la descripción de los siete puñetazos que Saint-Loup, compañero de Marcel, recibe en la pelea callejera con un hombre que se lo quiere levantar. O las varias posiciones de cabeza de Albertina cuando un Marcel nervioso intenta besarla. En todos los casos, científicos o literarios, se trataría del viejo sueño de detener el tiempo tangiblemente en un pedazo de materia, película, papel, cartón. Como si fuera posible retrasar la muerte.
*
Paul Valéry fue, tal vez, quien mejor definió la fascinante relación de la escritura con la imagen fija o en movimiento, siempre remedo de la eternidad. Dijo en la Sorbona, en 1939, con motivo del centenario del nacimiento de la fotografía: lo que capta la imaginación del poeta es el momento en el cuarto oscuro en que la imagen latente comienza a aparecer, ese momento emocionante –bautizó– <del acontecimiento en estado visible>.

PANDEMIA, CRISIS ECONÓMICA I CULTURA

Ponencia de LA ESKINA en la Sexta Jornada de Publicaciones Culturales, realizada el 23 de noviembre de 2020, por la Universidad Autónoma de Querétaro, México, a través del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias.

Por Claudio Anaya Lizarazo

Nos correspondió vivir en una época interesante, quizá, de las más interesantes por las que ha transitado la humanidad, porque, no obstante, los grandes problemas que se vivieron en el Siglo XX i los que este siglo arrastraba del anterior, en su segunda mitad vimos grandes cambios en las actitudes de extensos sectores de población con respecto a la vida i al planeta. Dos ejemplos, entre tantos: la generación nacida después de la Segunda Guerra Mundial, con el movimiento “Jipi” i el legado de algunos precursores como científicos e intelectuales, empezaron a configurar la cultura ecológica; i, los hijos de Mayo del 68 en Paris, conocieron e impusieron una libertad de conciencia i de rebeldía que aún hoy sobrevive a pesar del avasallador oleaje de la contracultura electrónica i la tribalización, impuestas por el consumismo convertido en hueca ideología i por una educación afincada en el culto a la cifra, con los objetivos del dominio sobre la materia i una exorbitante como suicida super-acumulación de capital, que ha generado las más desiguales e injustas sociedades a nivel mundial, pues las políticas que antes se aplicaban a los países pobres i dependientes, ahora se aplican al interior de los autodenominados países desarrollados. Uno de cuyos puntos críticos de roce social, es el desmonte de los sistemas sanitarios a nivel mundial, i que hizo aguas en esta pandemia, demostrándose así, principalmente, dos cosas: uno, nuestra fragilidad como especie, i dos, nuestra impenitente obediencia a órdenes, normativas i prácticas contrarias a la preservación de la vida i, a la honestidad i coherencia en los discursos públicos; pues estamos en mitad de una pandemia, pero igual, estamos en medio del pozo de la cultura tecnológica oficial que equivale, a la subcultura de las mentiras políticas.

Referencio esta panorámica generacional, porque es una época que está de relevo i ya es legado cultural en su mayor parte, que sobrevive en los últimos de sus integrantes i en la gran cultura artística i literaria que produjo esta generación. Este relevo generacional se da “¿coincidencialmente?” con el final de una época o con el cambio de mundo o de situación, que nos impone la peste de esta última versión del Coronavirus.

El ánimo que motiva este comentario sobre la pandemia, no se centra en el virus, del cual, gracias a los científicos, ya hemos logrado conocer una franja de sus particulares condiciones genéticas. Prefiero aprovechar el tema que nos convoca, para hacer mención sobre el manejo político que se le ha dado, i sus implicaciones en el orbe económico i cultural. El manejo que en la mayoría de países del mundo se dio como respuesta a la pandemia del Coronavirus, a grandes rasgos fue el que se temía, i ustedes ya conocen, pero que comento de manera panorámica: uno, manipulación de grandes presupuestos para una hipotética refinanciación del sector industrial, comercial i bancario, supuestamente para proteger empleos; dos, multimillonarias compras en arsenal antimotines, con la falsa razón de que al evitar las marchas multitudinarias se impedía así esa vía de contagio, pero cuyo más íntimo motivo es el de dispersar el caudaloso proceso social de protesta desbordado desde el segundo semestre de 2019, no sólo en Latinoamérica sino en numerosos países del mundo, incluido los estados unidos, en donde a las protestas de las comunidades negras por la brutalidad policial que los está asesinando sistemáticamente, lo cual se acerca ya a un genocidio, se suma la inconformidad de las clases medias por el derrumbe de sus condiciones económicas i el desmonte del sistema sanitario; tres, la ayuda económica de los gobiernos a los sectores más desfavorecidos, representada en famélicos mercados i exiguos abonos monetarios, cuya finalidad principal es la de aceitar en esos sectores su caudal votante, disimulando así por vía administrativa i de antemano, la implícita compra oficial de votos i el círculo vicioso de favores recibidos, con el cual, los políticos corruptos logran mantenerse en el poder.

El resumen que se puede extractar de las estadísticas que han publicado diferentes instituciones i entidades de nivel nacional i mundial, es que, hoy en día, en medio de la pandemia (pues según nos informan las autoridades médicas, estamos afrontando una segunda ola de contagio, i que podría presentarse una tercera, con cepas mutadas i por lo tanto, de impacto bastante impredecible) en medio de esta  pandemia, decía: gran parte de los estratos medios han ingresado ya i continúan ingresando a la pobreza, cifra que algunos estiman en un promedio de 1.600 millones de nuevos pobres en todo el mundo, agregados a los que ya vivían en la pobreza extrema antes de esta pandemia. Datos que nos llevan a pensar en la ampliación de la base de miseria en la población mundial i en una importante reducción de los estratos medios, con la quiebra de innumerables empresarios i la subsecuente pérdida de empleos, contrastando lo anterior con la soberbia acumulación de capital del sector financiero, de los globalistas de las telecomunicaciones, de las farmacéuticas, de la industria del armamentismo, entre otras exclusivas minorías. Lo cual nos pone ante la panorámica de sociedades aún más desiguales e injustas, i ante el abismo de nuestro propio miedo.

La actual crisis del Coronavirus no viene sola, está acompañada del caos ecológico como manifestación de un planeta que, agotado, se asoma al borde del colapso por la sobreexplotación de sus recursos i la contaminación; acompañada de la entrada en escena de la inteligencia artificial que ocasionará una altísima tasa de desocupación laboral con sus drásticas consecuencias sociales i económicas; acompañada también de la crisis financiera de un sistema capitalista al cual se le acaba el teflón i que para sobrevivir tiene que reinventarse con postulados falsos que le sirven para salir del paso, pero que en última instancia lo que hacen es agrandar el tamaño de la burbuja, ya de por sí, inmanejable, a punto de explotar.

Ante las necesarias i obligatorias medidas de aislamiento que nos impuso la pandemia, gran parte de las actividades laborales, comerciales i culturales se desplazaron hacia los medios virtuales, para no regresar ya más. Es en estos medios, en donde se están presentando también las manifestaciones culturales, la creación artística; quizá por efectos de la pandemia que ocasionó un aumento de la vinculación de proyectos culturales a estos medios electrónicos, personalmente he percibido durante esta crisis, una relativa cualificación; i es en estos medios, en donde tendrá que adelantarse la renovación de la cultura y tendrá que ejercerse el papel renovador del creador artístico, del gestor cultural, y sobre todo, el papel crítico de los intelectuales.

Ante el panorama pospandémicio que se ofrece a los artistas e intelectuales, me formulo las siguientes preguntas: 1-¿Acatarán los nuevos creadores, gestores e intelectuales, los cánones técnicos de la cultura electrónica que continuará con su pretensión de uniformizar  a todas las personas, i extirpar los tímidos asomos de lo autóctono? 2-¿Ingresará la humanidad a una nueva era de primacía de los sentidos, de las urgencias glandulares, en desmedro de la razón i de lo autóctono? 3-En la práctica de una vida desplazada hacia el orbe de lo virtual, al servicio de la cultura material, ¿se perderán los legados de la razón, el aporte de las humanidades i el arte, en la construcción de sociedades más humanas?

https://www.google.com/search?q=escaleras+de+la+iglesia+de+notradama&rlz=1C1SQJL_esCO858CO858&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwiUzNnL0NbuAhXPs1kKHUbeBXwQ_AUoAXoECA4QAw&biw=1517&bih=631

https://socialismorevolucionario.cl/2019/09/28/por-un-cambio-socialista-no-un-cambio-climatico/ 

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