LA ESKINA global , periodico cultural

sábado, 24 de agosto de 2019

LA ESKINA periódico cartel número 66

LA ESKINA 
ISSN 1900 – 4168
Periódico cartel No 66, agosto de 2019, laeskinaperiodicocartel@gmail.com; Bucaramanga; editor: Claudio Anaya; fundadores: Claudio Anaya, Javier Félix; diseño Gloria Inés Ramírez M.; LA ESKINA en LIBRO TOTAL: www.ellibrototal.com: Daniel Navas; redes y medios: Antonio Acevedo, Wilson Bejarano, Carlos Lizcano; difusores: Néstor Saúl Solano, Rina Cecilia Contreras, Fran Saúl Acevedo, Gloria Elena Carrillo, Consuelo Mantilla, Claudia Mantilla, (se distribuye en: Casa Cultural El Solar, IMCT de Bucaramanga, Museo de Arte Moderno de Bucaramanga, Cineteca Municipal del Centro Cultural del Oriente, FUSADER, Coliseo Peralta, Corporación TOTEM). https://laeskinavirtual.blogspot.com
©Reserva de derechos de autor. Las opiniones expresadas en los artículos de esta edición son responsabilidad de sus autores.
Áreas y perfiles… 
                         y su experiencia con el  cine
ANTONIO MARÍA APARICIO SANDOVAL

Reseña basada en: Vida y obra de Antonio María Aparicio Sandoval, con autoría de
Javier Félix y Fran Saúl Acevedo (texto cedido a LA ESKINA por William Aparicio).

ANTONIO MARÍA APARICIO SANDOVAL
Reseña basada en: Vida y obra de Antonio María Aparicio Sandoval, con autoría de Javier Félix y Fran Saúl Acevedo (texto cedido a LA ESKINA por William Aparicio).

Su calidad humana y artística, le han permitido construir un gran sueño: FUNDACTOR, luego de muchos años de trasegar en el mundo del teatro y el cine colombiano, como actor y director. Su dedicación tanto a la actuación y dirección como a la docencia, no tiene límites, pues ha entregado a la juventud sin reticencia ni mezquindad, su conocimiento y experiencia tanto en las tablas como ante las cámaras, ya dirigiendo, actuando o enseñando; en un maestro que hace “training” con sus alumnos como un joven, son dignas de admirar  su disciplina, su constancia y su dedicación.

Bajo su pedagogía se han formado muchos actores, gente de teatro y cine, que hoy en día se dedican al oficio. Sus esfuerzos, por medio del teatro, también han estado dirigidos  a mejorar la calidad de vida de muchos otros semejantes, trabajando para comunidades vulnerables con escasos recursos y llevando con sus personajes y sus obras, mensajes positivos y de reflexión para quienes enfrentan la problemática social, en un país en donde gran número de adolescentes terminan en la delincuencia  juvenil y en las drogas.
Se inició en la ESCUELA NACIONAL DE ARTE DRAMÁTICO ENAD (1970), allí participó en la obra de teatro EL MONTE CALVO, del autor colombiano Jairo Aníbal Niño. Fue invitado por un compañero de la escuela, que pertenecía a un grupo musical, a la grabación de un  programa en T.V.; así conoció al director de T.V., de esa época,  Eduardo Gutiérrez quien lo invitó a participar en un casting para una telenovela llamada CAMINOS DE GLORIA (1972), en la cual interpretó al indio Tulio, junto a Amparo Grisales. En adelante trabajó como actor, en el TEATRO POPULAR  CARACOL, dirigido por Jaime Botero Gómez, y en la primera novela a color llamada LA VORÁGINE, protagonizada por los actores: el argentino Julio Cesar Luna y Mariela Hijuelos (actriz santandereana), y participó en dos seriados de T.V.: DIALOGANDO, dirigido por Jaime Velásquez con libretos de Fernando Soto Aparicio, de la Productora PROMEC T.V., y  PUERTA  AL SUSPENSO, dirigido por el argentino Boris Roth, de la Productora R.T.I. T.V.). En esa época, con Edgar, Enrique y Hernán Sandino, fundaron el grupo TEATRO ARTE DE BOGOTÁ (1974). Participó en el PRIMER FESTIVAL NACIONAL DE TEATRO, organizado por COLCULTURA y la CORPORACIÓN COLOMBIANA DE TEATRO, con la obra: LA SONATA DEL ALBA,  del Venezolano Cesar Rengifo, y otras obras como  EL MALENTENDIDO, de Albert Camus, escritor argelino-francés; al desaparecer el grupo se vinculó a TEATRO LIBRE DE BOGOTÁ (1975), en donde participó como actor de reparto en las obras LOS INQUILINOS DE LA IRA, de Jairo Aníbal Niño;  LA HUELGA, de  Sebastián Ospina y LA AGONÍA DEL DIFUNTO, de Esteban Navajas, obra ganadora del PREMIO CASA DE LAS AMÉRICAS de CUBA. A su retiro del TEATRO LIBRE DE BOGOTÁ, se radicó en la ciudad de Bucaramanga donde fundó la “ESCUELA DE TEATRO” de la DIRECCIÓN DE CULTURA ARTÍSTICA DE  SANTANDER, DICAS (1978), en donde laboró durante un año y medio  como director y profesor; también trabajó como director de teatro en  la extensión cultural de TELECOM, realizando el montaje de la obra LA MADRIGUERA de Jairo Aníbal niño  y se creó el PRIMER FESTIVAL DE TEATRO DE TELECOM, al cual se invitaron grupos de las sucursales de Pereira, Medellín, Bogotá, Manizales y  Tunja, con actores de la empresa.
 A su retiro volvió a Bogotá y participó como actor de cine en PADRE POR ACCIDENTE (1982), su primera película, dirigida por Manuel Busquets, e interpretando el personaje de un secuestrador y compartiendo papeles con famosos actores como el Gordo Benjumea, Edgardo Román y el actor mejicano Pedro Soler; a partir de allí comenzó una brillante época de actuación en cine, en películas como CAÍN (1983) de Gustavo Nieto Roa, con el personaje del guerrillero Toño, junto a actores como Armando Gutiérrez,  Sebastián Ospina y Marta Patricia Calle; actuó en VISA U.S.A (1984), de Lisandro Duque; realizó el personaje TRAFICANTE DE VISAS con Armando Gutiérrez y Marcela Agudelo  en NIEVE TROPICAL (1985), de Ciro Durán, interpretando al jefe de narcotraficantes, con el actor David Carradine. Posteriormente participó en la reconocida película CONDORES NO ENTIERRAN TODOS LOS DÍAS (1986) de Francisco Norden, como el personaje, Lamparilla, guardaespaldas del cóndor, con Frank Ramírez, Vicky Hernández, siendo esta la primera película Colombiana invitada al FESTIVAL DE  CINE  DE CANNES  EN  FRANCIA. Con EL  POTRO  CHUSMERO (1987) obtuvo el Premio al mejor actor compartido con Santiago García en el FESTIVAL DE CINE ULRIKA DE BOGOTÁ. Participó en cortometrajes como VIDA DE PERROS (1988), de Camila Lobo guerrero; LA RECOMPENSA (1989), TÉCNICAS DE DUELO (1989) de Sergio Cabrera, con Frank Ramírez, Florina Lemaitre, Humberto Dorado, y Edgardo Román; LA ESTRATEGIA DEL CARACOL (1990) de Sergio Cabrera, con Frank Ramírez, Vicky Hernández, y Humberto Dorado.
Con la Escuela de Teatro del INSTITUTO MUNICIPAL DE CULTURA DE CÚCUTA (1992-1994), montó la obra de teatro MILAGRO EN EL MERCADO DE VIEJO de Oswaldo Dragun, argentino, y la obra infantil DULCITA MAGIA Y CIRCO DE CARLOS, de José Reyes, colombiano; con estas obras participó en el SEGUNDO FESTIVAL BINACIONAL DE TEATRO, realizado entre San Cristóbal y Cúcuta, con cobertura entre las ciudades de Maracaibo, Caracas Barquisimeto, Barinas,  y otras.
Regresó junto a su  familia en Bucaramanga y se hizo docente  de artes escénicas en el Colegio Instituto Caldas y Colegio El rosario.  Y para  el año 2002,  fundó la academia FUNDACTOR: FUNDACIÓN ACADEMIA DE CINE Y TEATRO DEL ORIENTE, con sede en  Bucaramanga, y con la cual ha realizado el montaje de las obras de teatro: BLACAMÁN EL BUEN VENDEDOR DE MILAGROS (2004), presentada en el INSTITUTO MUNICIPAL DE CULTURA, y basada en el cuento de GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ. También la presentó otra obra, RETAZOS  DE  SUEÑOS (2006), de su autoría,  en el festival  SANTANDER  EN  ESCENA, al igual que la LECCIÓN DE EUGENE IONESCO (2007), UN GRITO DE LIBERTAD COMUNERO, (2008) de autoría propia. BODAS DE SANGRE (2010) de Federico García Lorca, realizando dos temporadas, una en el auditorio de NEOMUNDO, y otra en el COLISEO PERALTA. Y como director y formador en FUNDACTOR, ha venido realizando varios cortometrajes entre ellos: BODAS DE SANGRE (2010), basado en la obra de Lorca, sobre el duelo de los rivales por la novia; ÁCIDO, (2012),  un cortometraje que relata la historia de aquellas mujeres que han  sido atacadas por este flagelo; ALUCINACIÓN (2014), un corto de ficción  sobre las sustancias psicoactivas, y AVENTURA EXTREMA (2015), en preproducción, En el año 2015 protagonizó el cortometraje YUCAS, ganador  de  la beca regional por cortometraje  en  Santander.

Rincón del columnófago


LA CARPETA

por Claudio Anaya Lizarazo

Miró la carpeta que reposaba sobre su mesa. Momentos antes la había colocado allí de nuevo, lentamente, y recordó el día cuando la recibió de su hermano, años atrás, como uno de esos obsequios fundamentales, como se dice popularmente: “La gente da, de lo suyo”. “Un campesino podría regalar frutos, –meditaba el hombre– Un panadero podría obsequiar pan, un pescador podría ofrecer peces”… y su hermano le entregó una carpeta con escritos y correos, nunca enviados por las complicaciones de la vida, pero después del paso del tiempo y de una mirada retrospectiva, impresos y entregados personalmente en la primera oportunidad. “No todo lo recibido, ha de representar un beneficio material” –pensó el hombre.

La carpeta, al principio ocupó un lugar destacado en su mesa de trabajo. A pesar de querer abrirla para conocer lo escrito allí por su hermano, nunca tuvo tiempo, y sobre ella se fueron acumulando otros materiales impresos y gráficos, muchos de los cuales no encontraron salida y fueron lentamente tectonizados por el olvido y por el polvo del tiempo, al igual que la carpeta.

“Alcancé a conocer de niño –pensó el hombre– la época cuando la gente escribía cartas, y ésta era una actividad cálida para el corazón, ahora lo veo así. Después fue el uso masivo del teléfono, los sistemas de computación, el Internet y las redes sociales; nunca imaginé que en estos tiempos, todavía quedara alguien que escribiera cartas… sólo leídas ahora, después de la muerte de mi hermano”.

¡Cuántas cosas había querido decirle! ¡Cuántos escritos ofrecidos como un fruto en su punto de madurez para el encuentro!, en una vida tan agitada, en la cual lo fraternal apenas sobrevive. “¡Cuánto tiempo perdido!” –pensaba el hombre, mientras acariciaba la carpeta, leída al final de la jornada. * LA ESKINA periódico cartel
número 65

LA ESKINA ISSN 1900 – 4168
Periódico cartel No 65, julio de 2019, laeskinaperiodicocartel@gmail.com  Bucaramanga; editor: Claudio Anaya; fundadores: Claudio Anaya, Javier Félix; diseño Gloria Inés Ramírez M.; LA ESKINA en LIBRO TOTAL: www.ellibrototal.com: Daniel Navas; redes y medios: Antonio Acevedo, Wilson Bejarano, Carlos Lizcano; difusores: Néstor Saúl Solano, Rina Cecilia Contreras, Fran Saúl Acevedo, Gloria Elena Carrillo, Consuelo Mantilla, Claudia Mantilla, (se distribuye en: Casa Cultural El Solar, IMCT de Bucaramanga, Museo de Arte Moderno de Bucaramanga, Cineteca Municipal del Centro Cultural del Oriente, FUSADER, Coliseo Peralta). https://laeskinavirtual.blogspot.com/p/blog-
©Reserva de derechos de autor. Las opiniones expresadas en los artículos de esta edición son responsabilidad de sus autores.
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Memoria de nuestra literatura 
Elisa Mújica

Nació en Bucaramanga el 21 de enero de 1918; y viajó a Bogotá, donde se convertiría en de las más importantes figuras de la literatura colombiana del Siglo XX.

     Publicó desde finales de los años 40, en variados géneros como novela, cuento, entrevista, crónica y ensayo; también escribió para niños, retomando en su trabajo literario los cuentos populares y también rescatando algunas historias del centro de Bogotá; colaboró en ediciones críticas de obras de literatura en Colombia.

     Despertó con sus novelas el interés del público y la crítica. Sus primeros relatos y artículos se publicaron en la prensa bogotana, desde 1947. Durante décadas ejerció el periodismo, reseñó libros e hizo notas sobre temas culturales y literarios para diferentes revistas y periódicos del país.

     La literatura fue su actividad paralela a su vida laboral, en el Ministerio de Comunicaciones, donde fue secretaria entre 1936 y 1943, y luego como secretaria en la Embajada de Colombia en Quito (Ecuador) de 1943 a 1945.

     Entre sus obras se cuentan tres novelas: Los dos tiempos, 1949; Catalina, 1963; y Bogotá de las nubes, 1984. También sintió atracción por la cuentística y escribió relatos como Ángela y el diablo, en 1953; Árbol de ruedas, en 1972; o, La tienda de las imágenes,  en 1987.

     Dedicó al público infantil media decena de obras, y sus títulos son: La Expedición Botánica contada a los niños, en 1978; Bestiario, en 1980; Pequeño Bestiario, en 1990; Las casas que hablan: guía histórica del barrio de la Candelaria de Santa Fé de Bogotá, en 1994; y Cuentos para niños de La Candelaria, en 1997.
     Ejerció el ensayo con textos como El Indio en América: síntesis de obras americanas sobre el problema indígena, de 1948; La aventura demorada: ensayo sobre santa Teresa de Jesús, de 1951; y, La Candelaria,  de 1974.

     El 18 de noviembre de 1984, Elisa Mújica fue la primera mujer en ser nombrada como miembro de número de la Academia Colombiana de la Lengua, y en noviembre del mismo año fue elegida por votación secreta y unánime, como miembro correspondiente hispanoamericano de la Real Academia Española.

     Murió en el año 2003, dejando como legado, además de las obras ya mencionadas en esta reseña, cientos de comentarios reflexivos y decenas de obras disponibles en las bibliotecas del país. LA ESKINA invita a sus lectores a emprender esta aventura.
El Secreto de la Estatua (fragmento)
( Tomado del libro: Cuentos para niños de La Candelaria, Carlos Valencia Editores, Santafé de Bogotá, 1993)

Muy temprano, antes de meterse en el obrador donde desaparecía el tiempo y pintaba horas y horas, a Gregorio le gustaba subir a la azotea de su casa. Era una mañana de un azul que se introducía por los poros como si flotara en el espacio. El vapor de agua que, como un espeso capuchón arropa los cerros de Santafé de Bogotá la mayor parte del día se convertía de repente en un aire dorado y transparente, quieto y fresco. No había nada que se le comparara en ninguna parte del mundo. Entonces Gregorio olvidaba sus años. Era de nuevo el muchacho que madrugaba a trepar a los cerros, en busca de aquellas plantas de las que los indios extraían tintes para fabricar sus mantas de algodón. No había otros más firmes y brillantes. Una mujer, vieja como una momia que vivía en una cueva del cerro de La Peña y a la que Gregorio regalaba bizcochuelos y chocolate, le había enseñado que los colores azules y violáceos se sacan de las maticas de árnica. Para ese objeto resultaba también muy a propósito la uvilla de Bogotá, lo mismo que el espino puyón. Daban un hermoso tono morado indeleble. De la guaba lo mismo que de la cochinilla, procedía el carmín. Para los tonos sepias aprovechaba los líquenes y musgos, tan abundantes. Al tocarlos, Gregorio daba gusto no sólo a sus manos sino a su alma. Igualmente, la vieja lo había informado sobre los mejores sitios para conseguir arcillas de distintos colores y clases. A Ráquira mandaba un muchacho, a buscar tierras doradas. Maceraba todo en una piedra instalada en el huerto de la casa. (Aún estaba allí en la época en que otro pintor, Roberto Pizano, escribió la biografía de Vásquez; a lo mejor sigue en el mismo lugar, y algún niño la encontrará, si mira bien. Será como si se apoderara de un tesoro). Gracias a las fórmulas de la vieja india, que era sabia, Gregorio había aprendido a echar una goma elástica sobre los colores para que brillaran más. Si no hubiera sido por esa mujer que lo quería como a un hijo, Vásquez no pintaría con aquella maestría que todos le admiraban. Los cerros santafereños no le regalaban únicamente las plantas y las tierras. Le ofrecían otro don: los venados. Cuando surgían en los bosquecillos, con sus movimientos nerviosos y ágiles, Gregorio los devoraba con los ojos. Para que nunca se escaparan, quería meterlos en sus lienzos. En sus buenos tiempos había sido un arrogante cazador. Ayudado por sus buenos galgos y sabuesos practicaba el ojeo, la batida y la cetrería. Portaba en su diestra un halcón dotado de la velocidad del rayo…

Rincón del columnófago

El viejo y el relato de los desplazados

Por Claudio Anaya Lizarazo
  
 Plumilla de:
Claudio Anaya Lizarazo


 A la memoria de Carlos Valbuena, guerrero del tablón.
                     fallecido en Julio 22  de 2019

Lo vi un solo día en mi vida, un sábado en la mañana, durante una tertulia  propiciada por mi amigo Carlos Valbuena, quien había dicho: “Vamos a descansar un poco de este trabajo”, y terminamos en la  tienda de la esquina tomando cerveza. La tienda funcionaba en una de esas casas antiguas, construidas en tapia pisada, tal vez en la Época Republicana, tal vez antes, desde la Colonia.

Una alta figura apareció en la puerta y pasó a hablar directamente con el tendero. Preguntaba por algo, quizá un pequeño encargo de las mujeres de la  casa, como suele ocurrir. Tenía un aire distraído y los modales suaves de quien, desde la tranquilidad y la estabilidad de su retiro, ha hecho buena parte de su vida pública; y el don de gentes, cordial y grave, de la gente antigua. Contaba don Pedro Pablo para esa época, según decían, noventa y tantos años, y estoy hablando de mil novecientos noventa y cinco, y de un sábado en la mañana, de esos en que, al parecer, las cosas marchan bien, a pesar de estar un poco sueltas.

Como Carlos lo conocía y  le caía en gracia, por sus dotes de gran contertulio y más, tratándose de un hombre de edad avanzada en pleno ejercicio de su lucidez, lo saludó y lo invitó a la mesa. Pude ver a un hombre cuya experiencia se afincaba  en la decencia, pues en el diálogo sabía oír al otro, esperando que terminara la intervención para entenderla y formarse su opinión. En las cuatro horas y las varias cervezas durante las cuales se dio nuestra tertulia, jamás  interrumpió a nadie para debatir una idea oída a medias. Se habló de los problemas del barrio, pues él era uno de sus líderes más antiguos, se pasó a la política para terminar en lo ecológico, y éste fue precisamente  el tema que le hizo recordar a don Pedro Pablo, una historia de su niñez, acá en Bucaramanga, y que determinó el final de nuestro encuentro.

-Era yo un niño pequeño, como de unos seis o siete años, y desde hacía poco tiempo vivíamos en este barrio. Una tarde que estábamos jugando en el patio con mis hermanos y unos vecinitos, llegó una bandada de muchas clases de pájaros que se posaron sobre los arbustos y sobre el tejado de la casa. Eran casas muy grandes que se partieron como las fincas, por herencias o por ventas; sus patios fueron inmensos y tenían árboles, matas, en algunas casas tenían corrales de gallinas, y en otras, hasta huertas. Corrimos y le avisamos a mi mamá, quien vino al patio, miró y se extrañó, y salió a hablar del asunto con sus nuevas vecinas, quienes ya estaban en la calle y observaban y comentaban con la comunidad, sobre el extraño suceso, pues las aves ocupaban todo el sector, los techos de las casas, los árboles del Parque Romero, los edificios cercanos al  Hospital San Juan de Dios y otras instalaciones oficiales. El día terminó así, y hacia el final de ocaso, vimos a los pájaros desaparecer tras las sombras. Durante todo el segundo día revolotearon de un lado a otro, siempre en vuelos cortos, buscando algo para picotear o tomando agua de las tinajas que les colocaba la gente. No recuerdo bien cuántos días duró este éxodo, han pasado noventa años y tal vez éste sea el único detalle que no recuerdo con precisión. Lo último  que les cuento es que otro día, cuando ya las aves se habían ido, mi papá le dijo a mi mamá que había oído en La Alcaldía la noticia de los pájaros; pues sí señores, días después se supo que habían fumigado unas grandes extensiones del campo, en el Departamento de Boyacá…

Y, mientras se levantaba de su silla para irse, el anciano exclamó entre sollozos: ¡Venían huyendo! ¡Venían huyendo!       
Papel de narradores

LA DUDA, por MAURICIO PEÑARANDA

El relato LA DUDA, forma parte del libro EL ÚLTIMO EXILIO; obra ganadora en la reciente Convocatoría de estímulos de literatura Ciudad de Pereira, 2019

A: Claudio Anaya, en Su Eskina.
Ni aun metiendo el dedo en la llaga creeré.
Gesualdo Bufalino – Perorata del apestado 

Muchos años después, cuando Pablo de Tarso quiso persuadirlo de que asentara por escrito el testimonio de sus andanzas con Jesús de Nazaret, Tomás se negó. La herida del hijo de Dios había sido real. En los dedos índice y corazón de su mano derecha subsistía el recuerdo de la sangre, pero desde la Última Cena, algo que no pudo transformarse ante ninguna evidencia posterior, modificó la dirección de su fe. Pese a la invocación de los símbolos del vino y el pan, aquello de comeréis mi cuerpo y beberéis mi sangre, no logró convencerlo.

  Con José de Arimatea lo descolgaron de la cruz y compungidos asistieron a la preparación del cadáver. El martirio los estremeció: el cuerpo  era solo una bolsa de huesos desencajados. Ante esta evidencia, lo que esperaran los otros dependía de la irracionalidad de la fe. En lo que a él concernía, no aguardó al tercer día para el cumplimiento  de la resurrección: se ocupó de tareas más simples como retomar la pesca en el lago, que esa mañana arrojó una modesta ganancia.

  La noticia se propagó como el fuego. Tras recoger las redes, Tomás recorrió los puntos principales de Jerusalén, pero se resistió a ascender hacia el Gólgota  donde la mancha humana  se regaba en  contra  de la corriente. No quería ponerse en el trabajo físico  de discernir cuál fuerza alentaba más a la muchedumbre: si la devoción o la curiosidad. Juan y Santiago lo alcanzaron en las inmediaciones del templo con la buena nueva, y Tomás lanzó temblando de cólera aquella frase ruin que los horripiló por su impiedad. Días después se produciría su reencuentro con el Maestro, pero el desenlace fue predecible: tuvo que doblegarse ante la revelación. No obstante, la mirada de Jesús no era la misma; no halló el bien en esos ojos que el Rabí traía de la muerte. Era una mirada ebria, enrarecida que los discípulos adoptaron en los días que siguieron; una mirada de ver más allá de lo evidente, pero no en los dominios encumbrados del bien, sino en los ámbitos especiosos del mal. Se apegaron a un caminar enajenado que no era lo que podría llamarse un andar por el mundo; más bien un fluir sin pertenencia como si vigilaran otra luz o la inminencia de una señal ultraterrena. A Pedro y sus maneras burdas no le iba ese mirar.  Ni a José. Ni a Santiago. Tampoco a la gente simple que empezó a sumarse a los que visitaban el calvario y pregonaban la desaparición del cuerpo y el posterior encuentro con el Hijo de Dios. No quiso ir con ellos, se negó a ser parte de ese convenio. Pensó irse, escapar, fusionarse con la displicente superioridad de los romanos.

  Lo perseguían con insistencia, lo extrañaban. Una noche arribaron a su albergue con el propósito unánime de cenar con él. Aportaron  las aceitunas, el vino y el pan, María Magdalena, una joven llamada Tamara, los compañeros habituales y otros más que se agregaron al cortejo. No pudo ser hostil; la hospitalidad es norma de piedad ligada a la más remota tradición. Se sentó con ellos a la mesa y otros lo hicieron en el suelo. Sirvieron el vino y repartieron el pan. Seguía la trayectoria de las manos, pero no los miraba. Rehuía la posibilidad de desconocerlos. Al cabo, el vino lo hizo entrar en calor, o  tal vez  la cercanía del cuerpo de María de Magdala que comentaba sus recientes encuentros con Jesús con esa voz  ronca y acariciante  que fluía como una unción en la noche. Enfrentó su mirada y se dejó guiar por su sonrisa, por la línea armoniosa de sus dientes. Lo tranquilizó descubrir que la devoción no había liquidado su belleza. En el sincero repaso de sus rasgos, se detuvo espantado en dos pequeños orificios supurantes en el cuello blanquísimo. Apartó los ojos de la elegida de Jesús y observó, guiado por un instinto premonitorio los cuellos de los otros, marcados también por el beso purpúreo de la fe.

LA ESKINA periódico cartel

PRESENTACIÓN

LA ESKINA periódico cartel

Por Claudio Edgar Anaya Lizarazo
Presentamos a los lectores LA ESKINA periódico cartel, medio de comunicación cultural con énfasis literario, que nace de la necesidad de canales de expresión de los escritores regionales y de otras áreas de la creación artística y la gestión cultural.

Es una publicación en soporte de papel, con tamaño de 28 centímetros de ancho por 42 centímetros de alto, impresa en tinta sepia, e inspirada en los carteles murales que se pegaban en las esquinas de la Bucaramanga de mediados del Siglo XX, con variada información publicitaria, funeraria y cultural; estos carteles fueron un medio alternativo a la radio, a los periódicos y a la implementación de la televisión en ese entonces, y que muy seguramente venían usándose desde siglos anteriores como medio de información pública.

En su primera época, comprendida por sus primeras 36 ediciones, se publicó como cartel poético,  impreso sólo en la carátula que incluía a un poeta importante; evolucionó en su segunda época a periódico  cartel, reiniciando con el número 37 y hasta la actualidad, ediciones ya impresas por sus dos lados, carátula y respaldo, En la carátula aparecen intermitentemente las secciones: Cartel poético, cuando nuestra edición se hace promocionando a una poeta o un poeta; Papel de narradores, cuando se trata de narradoras o narradores; y Áreas y perfiles, cuando hacemos reconocimiento a personas que han adelantado procesos artísticos en  otras áreas del arte y la cultura, teniendo en cuenta también la gestión cultural; otra sección importante es Memoria de los nuestros, que recuerda mediante una de nuestras ediciones a un escritor importante ya fallecido; y otras secciones como Rincón del columnófago dentro de la cual se publica el editorial; y Ojeando y hojeando, sección dedicada para la cita de los libros de cierta antigüedad y los actuales. Todos los artículos publicados en cada una de nuestras secciones, se constituyen por el nombre del autor y su fotografía,  además de sus reseñas biográfica y bibliográfica, un mínimo concepto crítico y una muestra de su obra, para que los lectores tengan una visión panorámica del autor, que les sirva de coordenadas en futuras consultas sobre esa obra.

LA ESKINA fue fundada por Claudio Anaya  y Javier Félix, el 1 de mayo de 2002 y se publicó hasta diciembre de 2006, con el apoyo editorial de Daniel Navas. Para su segunda época, que se inicia en marzo de 2017, es un proyecto independiente cuyo editor es Claudio Anaya; a este proyecto se vincula Gloria Inés Ramírez Montañez como diseñadora y diagramadora, y Sic Editorial, que a partir de los diseños digitales de LA ESKINA para medios virtuales, genera LA ESKINA en el proyecto LIBRO TOTAL.

Es importante mencionar también que LA ESKINA, más que un periódico cartel con énfasis literario, editado en soporte de papel y con edición y difusión para medios digitales y virtuales, es un proyecto cultural que agrupa a personas de diferentes áreas y medios.

Adelante, apreciado lector, tiene en sus manos una obra en marcha que se está constituyendo mes a mes, en una historia de la literatura en Santander, pero que está abierta a las creaciones culturales y artísticas de cualquier lugar del mundo; difundiendo cultura por medio de textos cortos y fundamentales, atendiendo al perfil del lector contemporáneo, y que aspira a proponerse como una ventana más hacia el universo cultural, esa otra corriente de espiritualidad que aún conservamos.
Director-editor
LA ESKINA, periódico cartel
Bucaramanga

jueves, 15 de agosto de 2019

Encuentros con LA ESKINA, BEATRIZ VANEGAS ATHÍAS - JULIO GÓMEZ

 Presentación de 
Encuentros con LA ESKINA
Reseña de la poeta
 Beatriz Vanegas Athías         

Nació en Majagual, Sucre en el año 1970.
Es magister en semiótica por la Universidad Industrial de Santander.
Doctorada en letras por la Universidad Nacional de la Plata, Argentina.

Ha publicado los libros:

-Los lugares comunes,  poemas, S y C, 2006
-Ahora mi patria es tu cuerpo, antología personal, Ediciones Universidad Industrial de Santander, 2011
-Crónicas para apagar la oscuridad, crónicas y reportajes, Universidad Industrial de Santander,  2011
-Con tres heridas yo, poemas, Caza de Poesía, 2012
-El canto de las moscas y la predicación de la violencia ocultada, análisis semiótico, Universidad Industrial de Santander,  2013
-Todos se amaban a escondidas, cuentos, Corazón de Mango, 2015
-Festejar la ausencia, antología poética, Colección “Un  libro por centavos” Universidad Externado de Colombia, 2015
-Escribir para vivir, antología de poemas y columnas, Unión de escritores de Sucre, 2016
-ABC Colombia, poemas para niños, Corazón de Mango, 2018
-Llorar en el cine, poemas, Corazón de Mango, 2018
-Goles, chilenas y gambetas, poemas para niños, Corazón de Mango, 2018

Ha recibido las distinciones:

-Premio Nacional de poesía, Universidad Externado de Colombia, en 1993
-Premio Internacional de Poesía, Pilar Paz Pasamar, Jerez, España, en 2010
-Premio Nacional de Poesía Casa Silva, 2012

Otras actividades culturales:

Es columnista de los diarios: El Espectador de Bogotá y de El Meridiano de Sucre.
Dirige desde el año 2013, Ediciones Corazón de Mango.
Es docente y editora en la Universidad en la Universidad Santo Tomás, sede Bucaramanga.
Es integrante del Comité Organizador del Encuentro Internacional de Mujeres Poetas de Cereté.
Poeta: Beatriz Vanegas Athías–
 Poeta: Julio Gómez
Poeta
Beatriz Vanegas Athías
Impídeme
recurrir al sueño
para corregir
la fatalidad
de no tenerte.
Poeta
Julio Gómez
MIEDO
La flor siente miedo
cuando la piensan
los ojos del jardinero,
que recuerda con sus manos
el gesto de aroma
que grava la herida,
y el perfume viste de savia
el metal que la decapita.
Reseña de Julio Gómez Fuentes; 
Del poeta Julio Gómez no se sabe ni la fecha de su nacimiento ni la dirección donde vive. Él, aparece y desaparece. Sin lugar a dudas, esto es una característica constitutiva de su personalidad, ya que así ha interactuado durante décadas con sus compañeros de generación, quienes hemos disfrutado de su compañía y en cierta medida  nos hemos beneficiado de sus conocimientos filosóficos, adquiridos a su paso por  la Universidad Nacional de Colombia.
Ha ganado los premios:
Ha sido ganador en el género de poesía, en dos oportunidades, de las Becas Bicentenario, convocadas por la Gobernación de Santander.
Ha publicado los libros de poemas:
-Herida en el tiempo, en el año 2000
-Horizonte a la deriva, en el año 2010
-Geometría del desarraigo, en el año 2017
Ha realizado los proyectos de investigación:
-Historia de la cuestión agraria en Colombia, en 2002
-León de Greiff y la primera mitad del Siglo XX en Colombia, en 2003
-Poesía indígena en Colombia, en 2004
-El Nadaísmo, en 2005
-Poesía e historia colombiana de los años ochenta, en 2006
También ha creado las series de material fotográfico:
-El hombre del maíz.
-Ilustración para texto poético.
-Carpeta fotográfica.
Y ha sido productor de las series de sonovisos:
-Movimiento comunero, en 1983
-José Antonio, en 1984
-Siglo XX en Colombia, en 1986
-Camilo Torres y el Frente Unido, en 1988
-La seguridad nacional y los desaparecidos, en 1990
-El futbol y los medio masivos de comunicación, en 1991

En LA CASA DEL LIBRO TOTAL, Bucaramanga
Entrada libre y gratis
Entrada libre y gratis
Encuentros con LA ESKINA
Dos miradas poéticas:
sobre el oficio de escribir;  
sobre el oficio de vivir
Poeta, Beatriz Vanegas Athías –
 Poeta, Julio Gómez
jueves 22 de agosto,6 y 30 de la tarde

viernes, 2 de agosto de 2019

JAVIER FELIX LA ESKINA virtual N.8

LA ESKINA virtual
No 8, agosto de 2019, laeskinavirtual@gmail.com; Bucaramanga;
Grupo LA ESKINA virtual:https://laeskinavirtual.blogspot.com/, Gloria Inés Ramírez M.; Carlos Lizcano; Jaime Rojas; Claudio Anaya.
©Reserva de derechos de autor. Las opiniones expresadas en los artículos de esta edición son responsabilidad de sus autores.
Javier Félix
Caminante, autor de los libros: Selva azul, en 2006; Textos mediterráneos, en 2010; y Hechos de hierba. Incluido en las antologías: Antología de poesía de Santander, Antología de Poesía Norte de Santander y Antología de poesía Hispanoamericana 2011. Gestor y animador de proyectos alrededor del oficio poético en el Teatro, literatura, educación formal e informal en comunidades menos favorecidas de Colombia, Panamá y Venezuela. Dirigió durante varios años en la Emisora UIS Estéreo el programa La Fábrica del poema. Ha sido participante en jornadas de arte de Europa y América. Cofundador del periódico de poesía La Eskina, y organizador de tertulias y encuentros de escritores. Postulante de La Carta de Santander, sobre diseño de política pública para la cultura regional. Miembro activo de la Asociación de Poetas en Santander, Palabra en el Tiempo, fue Director de la Casa de la Cultura de Bucaramanga Custodio García Rovira, y Vigía del Patrimonio Cultural en la región. Actualmente hace parte de la Fundación Museo de La Paz. Los poemas incluidos en esta publicación, forman parte de su obra poética inédita El Hombre con Pies de Cabra.
 
En sus poemas podemos captar, tal vez algunas de las sensaciones más primigenias que puedan sobrevivir en el alma humana, como el éxtasis ante la belleza cotidiana de algunos lugares de la tierra, como la sorpresa que encarna el hecho de ser conscientes del momento que se está viviendo; dos tesoros que el poeta Javier Félix se empeña en rescatar con sus textos para indicar al lector la dirección de la mirada hacia un universo desprevenido y confiado, hacia la propuesta de un mundo más grato, donde cabe la curiosidad por lo nuevo sin olvido de nuestras raíces.
 Perlas encontradas, poemas hasta ahora inéditos,
del poeta Javier Félix.
El hombre con pies de cabra

Las palabras
Hijas de gigantes héroes 
Diosas del ayer
Hechas de carne cósmica
Puras como la idea al alba
En medio del desnudo vacío
Al despertar
Latidos, vientos, ojos de la nada
Vienen cual río de eternidad 
Lejos, detrás del fin 
Donde no hay viento
Y la luz es inextinguible
Las palabras
Sólo a ellas poseo.

La aventura de mirar

Ah, sigue  la ruta de barcos sin destino
En ellos coloca Dios puntual su coordenada
A quienes evaden  la certeza
El creador premia con la aventura
De su viaje infinito.


La espera de las lágrimas
El tiempo es un hilo delgado que teje nuestros anhelos, también desteje a su manera las ilusiones y los vanos deseos. Sentado en esta orilla atestada de silencios y con la complicidad de la meditación solitaria he repasado y preparado cuatro palabras para darle la bienvenida a las lágrimas:

Soledad, bella morena que habita nuestros pensamientos cada día envueltos en los vaivenes cotidianos de la fábrica. Danza esa dulce muchacha ataviada de oropeles y distante para los soliloquios.

Misterio, señor altanero noche a noche socava las esperanzas y desnuda como quiere todos esos supuestos triunfos del oficiar entre desconocidos.

Certeza, esbelta mujer cómplice y maliciosa que nos acuna y acaricia para darnos fuerza en la búsqueda anodina.

Espíritu, noble puerto en que el viajero descansa, único jardín poblado de maravillas para solazarse y derrumbarse confiado.

Ahora arriban las lágrimas, las esperadas perlas del corazón lacerado y del espíritu contrito avistando el oleaje del puerto final. 
La esperanza o el mar
El escenario siempre dispuesto.
A la sombra de un piano vuela este evocador instante.
El frío en el aire cae como un dulce rocío entre las manos, delicado suceso.
Tienes la mirada con la dulzura por timonel,
con ella el refugio a mis vagas ilusiones y la fuerza del que va.
El mar: una gran ventana por donde alas infinitas vienen a posar su suave y leve toque.
Sin pausa va y viene el espíritu del sol.  Una caricia me distrae y colige esta nave de los sueños.

Torre de humo
Como silencio vestido de aire
el tiempo espera la corteza del árbol
para respirar por su savia en forma de vientos y lluvias.
La anciana melodía reposa en cada hoja y canta para quien ve volar aquel pájaro.
LA ESKINA proyecto cultural y educativo.

Director: Claudio Anaya Lizarazo.
Diseño: Gloria Inés Ramírez Montañez