LA ESKINA global No 150

 LA ESKINA global ISSN 1900 – 4168

No.150 abril de 2025, laeskinavirtual@gmail.com; https://laeskinavirtual.blogspot.com/; www.ellibrototal.com; Bucaramanga; LA ESKINA:: Gloria Inés Ramírez M. (diagramación y diseño); Claudio Anaya Lizarazo (edición y dirección).

©Reserva de derechos de autor. Las opiniones expresadas en los artículos de esta edición son responsabilidad de sus autores.

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VERÓNICA VALIENTE

A modo de curriculum

Dice el adagio popular “nadie es profeta en su tierra” pero esta muestra que incluye a Verónica G Valiente, desmiente lo afirmado en el adagio, con su propuesta Macondiana y la esfinge de Gabo, pone de presente que es necesario ser profeta, su obra explora ese universo con su particular forma de interpretarla… hagamos un recorrido por su formación plástica y sus huellas.

Ve la luz en Aracataca - Macondo, se forma inicialmente en la Escuela Distrital de Artes de Barranquilla, y después comienzan sus apariciones ante el público, en 2023, en el Festival itinerante popular urbano y la corporación pedagógica Artchimia; en agosto del mismo año en el Concurso nacional de Madonnari (pintura con tiza sobre la superficie de la tierra, arte efímero) Bogotá D.C.

En octubre del 2022 es partícipe de la exposición colectiva Artistas de la Kalle, Galería Jorge Eliecer Gaitán, en el teatro de su nombre. En abril de 2021 participa en el Concurso nacional de Madonnari, Bogotá D.C. En abril de 2017 con la exposición “La Garza”, Bogotá. En 2015 con la Exposición galería urbana La Candelaria, Bogotá. En 2012 en el evento “10 x 10: Casa Ensamble”. En agosto 2007 con la exposición biblioteca Carlos E Restrepo, Bogotá D.C. noviembre de 2005 con Promesas; en la Escuela Distrital de Artes de Barranquilla, Inicia su recorrido por el laberíntico camino de la creación plástica y cada día se aleja más del término promesa, para convertirse en realidad.

Macondo valiente

-Texto completo-
Por Jaime Rojas Neira

Como “el Caribe eterno”, se reconoce no sé desde cuándo, esa porción de territorio de libertad imaginación tragedia historia y fantasía, que una pluma notoria y genial, plasmó (en signos) para el imaginario universal, y de aquellos que tienen su imaginación “aceitada” y unirla al día a día; (integrando el valor histórico) el eco de Macondo resuena por calles polvorientas, sol recalcitrante, personas hechas personajes y situaciones que encierran la desmesura del paisano caribe; el escenario creado no es: hombre dentro del paisaje, es todo lo contrario: hombre como parte constitutiva y constructor del paisaje caribe, y ese territorio creado con mitos y tradiciones, es donde Verónica pretende intervenir con su propuesta de instalación (literatura pintura fotografía) busca con esta aleación formular un lenguaje.

Las historias vernáculas de la región tejidas por las abuelas con los mitos, dan el trasfondo y la fachada a esa realidad del hombre lugareño, del calor, las bananeras, el desierto y sobre todo de la tradición oral y los chismes de sus gentes; de las riñas de gallos, de los músicos de las leyendas en las bananeras, del tren, las mariposas amarillas, pero sobre todo de la magia y exageración de sus gentes y sus historias, de las niñas desfloradas, de las amantes orgullosas de serlo, del “honor” cobrado con sangre y de la tragedia de las guerras y sus muertos.

Todas las familias tienen su saga, su parte opaca o de claridad, sus hermanos de los cuales no quieren acordarse, historias de tesoros enterrados o la aparición de personajes o personas de no se sabe dónde provienen o qué motivos los trae, con objetos traídos de no sé cuál dimensión.

Tratando de mostrar esta particular forma que llamamos realidad, aparece la propuesta de Verónica; creada a través de sus habilidades (pintando) para proponer una conexión entre la magia del Macondo recreado y la puerta que ella abre con sus insinuaciones pictóricas, su provocación; el Macondo de sus antepasados y su cotidianidad Caribe; la región donde vio la luz, cultivó su talento y picardía para subvertir, es decir -cambiar el orden de las cosas- territorio amplio y complicado, prolongándolo con imágenes sacadas de la esencia del vallenato de 300 páginas como muy acertado lo llamó su padre Gabo.

Su propuesta es un inventario (muy personal) de su lectura de los 100 años, desde varias perspectivas, su experiencia lectora, su aspiración como artista pintora, y lo primordial e interesante, su capacidad de mezclar el Caribe que ven sus ojos, la tradición oral sus mitos el sonido de su música el color del sol caribe, el abigarrado de las prendas de sus gentes sus risas y miradas, pero sobre todo como ella logra “digerir” ese mundo y devolvernos su imagen particular, los rostros de los héroes de la novela… con los héroes: hombre del común sus caras y preocupaciones, ese universal paisano que Gabo muestra.

La pintora, en su intento de unir color tradición y desmesura ingresa en ese laberíntico mundo de Aracataca vuelto Macondo -desposeído de lugar exacto- nombre de todo lo que traspasa los límites de lo humano; en eso consiste el invento (de Gabo) regresar a la tierra algo que salió de ahí, Gabo le hizo un hechizo y lo lanzo hacia la lejanísima dimensión de lo que somos, materia y palabras… región despojada de linderos por donde transita la opción escogida por Verónica.

Pero el experimento comienza en ese límite, de hacer de la abstracción un objeto palpable, dispuesto a ser observado valorando las incógnitas que encierra su propuesta estética, si bien las formas de los rostros que le dan identidad a cada uno de los héroes de ficción real, es fácilmente reconocible, los personajes son evidentes por la micro historia que arrastran construyen o encierran; las posibilidades puestas en la expresión de sus ojos o su lenguaje no verbal, sobre un escenario de premeditada magia, surgida del paso del viento empujando el olor alcalino la arena desértica o los micro fragmentos de carbón con historias Guajiras, hacia donde florece la vida: las circunstancias de  su pachamama; en el devenir lo más arriesgado es tratar de hacer cálculos, es donde Verónica, juega con su intención, hace visible su propuesta, de su habilidad prolongada con un pincel o una herramienta para esparcir color dentro de un plano, en esa dimensión reúne lo casual del personaje su lectura (valoración) de la circunstancia particular y un escenario, en cada lienzo crea un paisaje Macondiano Valiente, la concreción de su interpretación; y es en éste límite donde comienza su paso por las posibilidades estéticas; qué hará la Maestra con la oscuridad… de Úrsula Iguarán, la pureza… de la bella Remedios o el ideal ilimitado tragicómico de tantos Aureliano… qué hacer con la imaginación de Melquiades, o del constructor de pececitos, o el tren y su carrilera de magia imaginada, los ranchos de techos de nacuma y el eco del cantar madrugador de los gallos que despiertan hasta las mariposas de Babilonia, la casa Buendía con sus paredes curvadas por el tiempo y el peso de las preocupaciones de quienes la habitan… o la sugestiva escena de cuando van a conocer la nieve y encuentran un galeón en medio de un sembradío de amapolas; y mediante la daguerrotipia, hizo posible que esos personajes producto de la historia popular -la creatividad de Gabo- quedarán en los signos caligráficos que le dan la posibilidad al cerebro de acercarse a ese sui generis entramado de circunstancias llamado Macondo; una realidad de imaginación hecha de realidad secular, pasada por entre las neuronas de las abuelas Guajiras; si el pulso el pincel el color y el talento, fabrican una propuesta estética histórica y socio política, se abre paso otro de los componentes del experimento de la Maestra, le agrega el juego del congelador; la fotografía, en la que Verónica conjuga los elementos de su experimento o exploración, se incluye y congela en fotos, los tres elementos de su ejercicio creativo, el Macondo de letras hecho símbolos en su imaginación extendida al lienzo y congelado en una foto, su vestido contiene el caserío incrustado dentro de las pinturas. Qué hace? instala esa dimensión en cualquier lugar, ensamblando la realidad “Macando está en todas partes” algo así como la iglesia o Dios (una Corporativa otra Cosmogónica) está en todas partes y reafirma esa posibilidad, lo imaginario se puede hacer realidad en todas partes, en todas partes la cultura popular puede y debe florecer.

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Pinceladas de historia y pasión: evocando el realismo mágico

(fragmento de un audio aportado por la autora)

La pintora Verónica Valiente, oriunda de Aracataca, destapa sus cartas con esta exposición
fotográfica. El color del Caribe y la evocación de una nostalgia que hoy emerge, son pasiones que mueven su pintura.

Muchos años después, frente a un enorme lienzo en blanco, Verónica Valiente habría de recordar aquella tarde remota en que su abuela le habló por primera vez de don Antonio Daconte Fama. Aracataca era en ese entonces un pequeño pueblo que, aunque gozaba del prestigio de haber sido la cuna del nobel colombiano Gabriel García Márquez, lejos estaba aún de los reflectores de los medios de comunicación y de la construcción de insólitos museos que la pusieran en el radar de turistas curiosos.

La historia, sin embargo, dejó un hondo impacto en la joven Verónica. ¿Quién fue Antonio Daconte Fama? Don Antonio fue un inmigrante italiano que se radicó en Aracataca en la primera mitad del Siglo XX. Como buen europeo habitante del trópico, don Antonio emprendió toda suerte de innovaciones que dejaron huella en la memoria colectiva de los “cataqueños” de la época. Y dejó, además, como podría esperarse, una amplia descendencia.

Un recuerdo más que grato

“La tierra es tan grande como un pañuelo” es uno de esos tantos dichos de los cuales echamos mano para darle una cierta “lógica” a los sucesos o casualidades que hacen parte de la existencia, que de ser uno más en la cuadra el barrio o el pueblo, por eso del paso de los días, pasamos a ser, unas palabras en la boca de todos, puede ser como chisme o hecho del cual nos sentimos orgullosos y se nos llena el esqueleto de ese cosquilleo que llamamos orgullo o simplemente destino; y nos volvemos importantes, en el sentido que nos regala la casualidad; la amistad es una vivencia que se vuelve parte de la vida eterna, es decir sale de lo casual y se torna en tradición de la cual se apropia la comunidad, caso que se da entre Antonio Daconte Fama, y papá Lelo, que como en rito de magia les voy a decir quién es, esa ilustre persona (Coronel) de las incontables guerras civiles Colombianas, pero el ilustre real es ese infante de mente fotográfica que llevaba de la mano; años después, llegaría con las mariposas amarillas… de Macondo a Suecia y por apodo se inmortalizó como Gabo. Papá Lelo es el Coronel abuelo de Gabo, quien era llamado así por el niño; Daconte era el dueño del teatro de Aracataca, teatro universal y papá Lelo estaba becado para la entrada a las películas mudas, todos los días todas las semanas iba el Coronel con un niño (Gabo) un día el Coronel se presentó sin el niño, y el otro abuelo Antonio Daconte Fama (papá Toño) le preguntó por qué no había traído al niño, papá Lelo le respondió que le daba pena y papá Toño le dijo: si no trae al niño no lo voy a dejar entrar, como vivían a la vuelta del teatro, los patios lindaban y el Coronel fue y lo trajo y entraron a cine y se vieron la película, el niño de 5 o 6 años al otro día contaba la película de la a a la z.

Papá Lelo era el padrino de la tía María, y las anécdotas del amor platónico del niño, la tía Helena Daconte de Delvequio, y el niño crea personajes y uno es la nena Daconte personaje de “El rastro de tu sangre en la nieve” La amistad entre los abuelos Toño y Lelo, vive en la mente del niño que llevaba de la mano, de quienes los conocieron y su descendencia.

Cultura e identidad popular

La historia de las sociedades es un hecho único e irrepetible que generamos y al que nunca se regresa. Por qué; la “herencia” hace posible que logremos ser, es decir, alcanzar la categoría de ciudadano y no individuo; qué significa esto, que por ese hecho singular (ciudadano) logramos producir la historia, y esta herramienta de la memoria y la sociedad, convertida en hecho, nos hace singulares integrados a un grupo que procede de la misma condición, el construirnos con las herencias: lenguaje tradición circunstancias del individuo como las sociales, la suma de lo particular dentro de unas casualidades producto de eso que inventamos y llamamos cultura, y nos ha permitido liberarnos (pero también ha servido para subyugar…) esto permite el tránsito del individuo (hombre aislado producto de la evolución, grupos guiados por el instinto -satisfacer sus necesidades como especie- moldeando la razón) a convertirse en ciudadano, es la mezcla del conocimiento la aparición de figuras producto de la formación de clanes, lenguaje mitos historia leyendas tradiciones… herencia; actuar como cuerpo pensante, es decir, se legitima el interés de la comunidad sobre el particular, lo que abre la posibilidad a la construcción social, el grupo dotado con normas que equilibra evolución fisiológica antropológica con cultural, proceso civilizatorio.

Un equivalente es el paradigma al que acude Gabo, en la creación del universo Macondiano, donde en lo consuetudinario se construye la desmesura, pero se parte del concepto de creación, “el rio de aguas diáfanas, no se sabía el nombre de las cosas y había que señalarlas con el dedo, humanizar la guerra…” son conceptos de génesis, de sociedad naciente, dentro de la cual integra las historias familiares y de personas de la región, de sucesos y hechos que trasforman la mentalidad de los paisanos y se integran a la historia de la violencia nacional, a la guerra perpetua a que está condenada la sociedad colombiana y en particular la caribe de la zona bananera y se sigue extendiendo. Las narraciones de Gabo elevan al rango de universal la tragedia de esa pequeña comunidad sacrificada por las condiciones en que se construyen las relaciones sociales de producción, que es nada menos el inicio de otra guerra entre poseedores y desposeídos, drama que se prolonga en el discurrir de la historia nacional de Colombia.

El croquis dentro del cual Gabo cuenta la historia de ese pequeño grupo social (Macondo) es una muestra de la tragedia de la nación; es su aporte valioso en el entendido de atreverse a escribir (proponer) la historia nacional popular; la cual deben conocer sus ciudadanos e identificarse con ella, para intentar la construcción de la mentalidad que propicie la formación de la cultura nacional popular (mitos leyendas y tradiciones) para la paz, esto es, formar la voluntad trasformadora colectiva que dé inicio al proceso de formulación de nación, donde los héroes nacionales son el hombre popular, que decide como vía de entendimiento el dialogo, y la tolerancia; elementos con los cuales se inicia el camino hacia una sociedad que se construye por la opción del consenso y la participación autónoma democrática, de la mayoría de sus integrantes.

Sobre los cuadros que forman la propuesta.

LA ESKINA global proyecto cultural y educativo.

Edición y dirección: Claudio Anaya Lizarazo.
Diseño y diagramación: Gloria Inés Ramírez Montañez
Bucaramanga, Colombia.
LA ESKINA global es un proyecto cultural de distribución gratuita.

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