LA ESKINA global , periodico cultural

sábado, 30 de noviembre de 2019

LA ESKINA MAGAZÍN número 69

LA ESKINAISSN 1900–4168                                           MAGAZÍN
Magazín No 69, noviembre de 2019, laeskinaperiodicocartel@gmail.com; blog laeskinavirtual; Bucaramanga; Consejo editorial: Gloria Inés Ramírez M., Gloria Elena Carillo, Carlos Lizcano, Claudio Anaya; diseño; Gloria Inés Ramírez M.; LA ESKINA en LIBRO TOTAL: www.ellibrototal.com: Daniel Navas; se distribuye en: Llega la noche en emisoras El túnel rock y UIS Stereo; Casa Cultural El Solar; IMCT de B/manga; Museo de Arte Moderno de B/manga; UCC, Cineteca Municipal Centro Cultural del Oriente; FUSADER; Coliseo Peralta; Fundación TOTEM; UNICIENCIA; UDES; UNAB; Normal Mixta de Bucaramanga; ICP )
©Reserva de derechos de autor. Las opiniones expresadas en los artículos de esta edición son responsabilidad de sus autores.
POETA
Poeta Francia Helena Goenaga              (Paula Klee) 

 Fotografía de Eduardo Cordero 


Publica en Ediciones San Librario su primer libro, Pequeñas mujeres en prosa, en el año 2002. Ganó el Premio de traducción de poesía francesa, organizado por la Alianza Francesa y la Casa de Poesía Silva, en el año 2004. El libro La boca del cielo, fue finalista en el año 2005 en el Concurso de Poesía del Instituto de Cultura y Turismo.

Actualmente es profesora de planta del Departamento de Literatura, de la Universidad de los Andes.

Está a cargo de los cursos de poesía francesa del Siglo XIX, poesía colombiana e hispanoamericana. Es integrante de un grupo interdisciplinario de investigación para el volumen correspondiente de la biblioteca virtual de filosofía colombiana.

                            2
Somos tan distintos de nosotros mismos,
que vivimos engañando al que  somos
con el que éramos
y al que éramos con el que
seremos.
Ninguno de los tres es mejor.

   Día 2 (8 de febrero)

La mañana contradice la tarde
 y la noche es  un velo:
 revela y oculta  la antítesis.
 El pensamiento ausente  se suma al árbol
 que pasa y vuelve a pasar
 como si  el movimiento existiera.

 Día 6 (21 de febrero)

La mañana inmóvil
detiene el reloj de arena,
sin la danza de  un pensamiento,
sonríe la tarde sombría.

 Técnicas de vida y de lectura

*La madurez llega cuando la vida vivida y la imaginada se encuentran.
*Contar una vida es contar las formas de  la permanencia humana.
*No sabemos lo que  la obra de arte es hasta que sentimos su efecto envolvente. Y no siempre es un arrullo.
*Cada época tiene  su  modernidad. Que lo digan las uvas con su  efecto  embriagador.
 PÁGINA 2 y 3

Palabras sobre la poesía de Francia Goenaga

por Juan Fernando Mejía Mosquera

“A la transustanciación de la experiencia mística hay que sumar la de la experiencia poética. (…) La historia de las definiciones de poesía es la historia de los diversos modos de comprender el ser otro que el poeta se da como labor. (…) Francia no se vuelve otra sino muchas, muchas otras mujeres que, no sin una vibración espectral de sus voces, nos permiten escuchar partes de su conversación con un ser amado (La palabra Dios está ausente). En esa conversación estas mujeres dan las puntadas de dos labores: la de comprenderse a sí mismas como partes del mundo y la de comprenderse a sí mismas al habitar la soledad de sus cuerpos. ¿Dónde han ocurrido estas transformaciones? ¿En qué instantes se han creado estas frases con acentos tan sutiles? ¿Qué viajes acompañaron estos misterios? Son preguntas que vienen a mi mente cuando pienso en la mujer que ha producido esta obra, en su modo de habitar poéticamente los días”.

NOTICIA CULTURAL
Con motivo del PREMIO CERVANTES 2019 concedido al poeta catalán. 
JOAN MARGARIT,

MAURICIO PEÑARANDA
nos presenta al poeta
El libro  de Joana, la hija que  murió de esclerosis múltiple, esa hija acompañada día a día por él, es un libro de gran belleza, es  una de las elegías sucesivas, continuadas más bellas. Joan Margarit trabaja  mucho el recuerdo, y el pequeño detalle del recuerdo, eso lo hacía Proust, como lo hace Laurence Durrelll en El Cuarteto de Alejandría, teniendo en cuenta que El Cuarteto de Alejandría es de más inmediatez en la evocación, sí, porque mientras  Proust habla de  una vida extensa, en el cuarteto se habla de la evocación (…) sobre lo que acabó de ocurrir recientemente con Justine y con su  círculo de amigos y los personajes que hay ahí; (…) pero volviendo al recuerdo de Margarit, la memoria de Margarit, el recuerdo: cómo corre la historia de España a través de los textos de él, porque él era un poeta que  se movía en las dos lenguas, la catalana y la española; hay que leerlo, hay que leerlo  porque es uno de los poetas más íntimos y  más claros que le pueda llegar a uno a la vida, cualquier poema de Joan Margarit le habla a la vida misma, a la modalidad de  las pérdidas, una forma maravillosa, majestuosa, sublimada de enfrentar  un hecho  como la muerte, es Joana, el libro de Joana; hay que verlo, es muy corto y es muy bello.


NO HAY MILAGROS
Llovía con desidia.
Diecinueve de octubre, las nueve de  la noche.
Joana iba asustada hacia el quirófano
en nuestra compañía.
Cuando entró nos quedamos a esperar
en la salita mal iluminada junto a los ascensores.
Cuentan que en un intento
de salvarse le dijo te quiero al  cirujano.
Creíamos que un hada podría devolvernos
a Joana, tranquila, la de siempre,
con sus confiados ojos centelleantes.
A las once, mirábamos
las gotas de la lluvia en el cristal
como si resbalaran por la noche.
La noche era una hoja de guadaña.
Editorial
Humo de la voz

Leer y escribir…  ¿para  qué?,  por Claudio Anaya Lizarazo

Leer, escribir, publicar, hablar, ¿para qué?...  Cuando surge esta pregunta, y se presenta a menudo en quienes ejercemos el oficio de la palabra literaria, se presenta  también una amplia gama de respuestas que tocan variados tópicos, pero en mi particular caso pienso en una idea que he ido identificando con el paso de los años, por haberse visto tantas veces como el fin último de una sociedad: la idea que estructura la visión de un mundo invadido hasta la médula por los afanes del interés, los privilegios y su obcecada obediencia a la búsqueda de la “comodidad tecnocratizada” en una civilización material que desecha a la naturaleza.

 Vivimos en unas sociedades en las cuales desaparecen paulatinamente los espacios para la palabra desinteresada, y el desplazamiento espiritual que ella ocasione en la gente. Ante este difícil panorama, cobra total vigencia el ejercicio de la palabra hablada o escrita; se debe escribir para llenar de sentido una existencia, o reconstruir millones de vidas destrozadas por las circunstancias que les impone el actual sistema. Se debe escribir para combatir la idea de que debemos funcionar sólo en torno a la solución de las carencias materiales, se debe reflexionar y escribir para tratar de modificar a un mundo con su desbocado fervor matemático,  su culto a las cifras y a las medidas, a los métodos aplicables a materiales para someterlos a la voluntad del mercado y a la supuesta demanda de los consumidores.
     
Se debe escribir para demostrar que escribiendo, se puede regalar desinteresadamente algo a otras personas, algo que en alguna medida mejorará o complementará su visión del entorno; para contribuir desde mi ciudad y mi comunidad, a que la humanidad crea en algo que no sea la ilusión de lo material; para que la gente abandone en parte la adoración a lo contable o acumulable y los sueños de la producción y las eficiencias a ultranza; para ofrecer resistencia ante el atrofiamiento intelectual, la desaparición de la ética y la degradación moral; para escapar de la banalidad impuesta por los medios de comunicación al servicio de la industria del entretenimiento y de oscuros poderes; para que no mueran los idiomas y las literaturas, expresión de belleza y  profundidad del pensamiento, que han  enriquecido al mundo y al hecho de vivir.
 PÁGINA 3
Charlas con “Pichuco”
Álvaro Marín
Manzanares, Caldas, Colombia,  1958

Se ha sentido animado por la poesía de César Vallejo y Miguel Hernández.
El hechizamiento con la literatura y la poesía fue mayor cuando leyó a los poetas Cardoza y Aragón y José Lezama Lima y a los narradores Macedonio Fernández y Alejo Carpentier, tenía en este tiempo una lectura de escritores europeos, pero el acercamiento interesado a la expresión latinoamericana fue para él una revelación de sentido histórico y poético a la vez.
La publicación de su primer libro de poemas, Jinete de Sombras, en 1992, fue un reconocimiento que le hizo la Casa de Poesía Fernando Mejía de Manizales. Fue colaborador permanente del Diario El Espectador de Bogotá, encargado de las notas sobre cultura y literatura en el Magazín Dominical dirigido por Marisol Cano y coordinado por el poeta Juan Manuel Roca, medio que jugó un papel crítico importante en la vida cultural del país en los años noventa.
Posteriormente publicó el libro: Noche líquida en una convocatoria latinoamericana del Festival de Poesía de Medellín. 
Y en 1977, publicó el libro La brújula no quiere marcar más el norte; libro de ensayos sobre cultura, política y literatura. En la actualidad trabaja en un ensayo sobre la expresión latinoamericana y en algunos procesos de comunicación popular.
Recientemente publicó el libro Quemaduras, con la Editorial Domingo Atrasado, Bogotá, 2019
Álvaro Marín;
de su libro: Quemaduras

El manzano

Dos sedientos
bajo un sol que lastima.
Eva regresa
con el cuenco de su mano vacío
y un nuevo Adán
le extiende el leño seco de su brazo.
Son limo, son tierra seca
los frutos del manzano.

Refugiados

Desterrados del silencio hablamos una lengua extranjera.
En la  noche  pasan  los días, sus llamas blanquean nuestros huesos de ébano.
Son hijas de  la noche nuestras negras palabras,
nuestro pequeño ruido que busca el silencio,
para no exhibir más esta herida azul
ni este corazón de cera ni esta impúdica boca.

Azul

El planeta azul
¿Y quién atiza el fuego de sus volcanes?
El planeta de agua
mas nuestra sed no es saciada
y la sombra es un jaguar que acecha estas aguas.
La luz es el holocáusto de los venados, quema esta luz
 y en vano pretendes esconder la ceniza, o pintar una flor
en la página en donde está la foto del hongo de Hiroshima.

 PÁGINA 4

El poeta Álvaro Marín

 entrevistado por Carlos Lizcano
 con motivo de la visita del poeta a Bucaramanga, dentro del evento Marea poética, organizado por Encuentros con LA ESKINA y EL Jardín de la poesía, realizado los días 24 y 25 de octubre de 2019 en LA CASA DEL LIBRO TOTAL y el COLISEO PERALTA, respectivamente.

C.L: "La infancia es la mejor etapa del ser humano, las demás salen sobrando", esto le oí decir alguna vez a un cantor. La niñez es una etapa de ensoñación, asombro y creatividad (al menos en otros tiempos). ¿Qué vivencias y elementos de su vida infantil y juvenil le han servido como base para la elaboración de su obra literaria a lo largo del tiempo?

A.M: La infancia no es solo un momento en la historia del poeta, es precisamente de la infancia de donde aprende y trae la poesía. El pensamiento analógico está en la infancia y la poesía se alimenta de esta forma de relación de sistemas, signos y símbolos. Me atrevo a decir que este mismo pensamiento está en la naturaleza, en las aves, los insectos, las plantas. La mayor experiencia humana es la vivencia de la naturaleza, es una fuente importante de conocimiento y de poesía. En mi infancia hay dos elementos que me han acompañado siempre: el verde y la lectura; tener la experiencia de llevar ideas, pensamientos, imágenes a la escritura, ha sido uno de mis mayores descubrimientos, amé desde ese momento la escritura. Escribo desde niño.

C.L: Su producción literaria se ha alternado entre la poesía y el ensayo. ¿Cuáles cree que son los vasos comunicantes entre estos dos géneros que le han permitido que uno pueda haber llegado a alimentar al otro, o por el contrario, usted los encara como dos experiencias independientes?

A.M: La poesía es una sola, y es múltiple. Algunas veces se llama poesía, otras se llama novela, otras veces se llama ensayo, y en otras se llama experiencia y vida, y en todo caso es oxígeno siempre, oxígeno verbal, es decir, el ser en su plena conciencia; incluso la ciencia o las matemáticas serían imposibles sin la poesía, la poesía es siempre acción, es todo lo contrario a la pasividad y la contemplación, la poesía es combustión plena, sin poesía solo pueden vivir las piedras, aunque si les da el agua y el aire, se inventan el musgo, y eso ya es poesía, la vida es poesía y movimiento. Ensayo y poesía siempre están juntos, la poesía es una expresión del pensamiento, lo mismo que el ensayo.


C.L: Existen personas a quienes no les interesa la poesía, la pintura, el cine, la escultura, etc; sin embargo es casi imposible encontrar a un ser humano a quien no le guste algún tipo de música. ¿Qué influencia tienen en su vida y en su creación literaria la armonía estética y la belleza que transmite la música. En qué momento una canción fue su fuente de inspiración?

A.M: En el principio fue la música, el primer movimiento. No se puede relacionar el movimiento sin música, la música está en el origen y tiene una raíz común con la poesía; aunque si nos limitamos a los géneros y las áreas, la música es pre lógica como la poesía, y la poesía acude al mundo verbal, sus puntos de origen y de llegada están en el mismo plano. Hay una logicidad interna que habita estas dos expresiones humanas, desde donde intercambian sentidos, visiones, rumores. La poesía y la música son dos formas de ese rumor, un rumor anterior al primer movimiento, juntas están en el barro de origen. 

C.L: "El espíritu de la poesía es la construcción de una nueva vida en el mundo", esto lo escribió usted en su ensayo titulado: "Conciencia trágica de la poesía". En este mundo contemporáneo, en que las editoriales en su plan de mercadotecnia parecen interesarles cada vez menos este género literario, ¿cómo hacer para que los lectores retomen la poesía y de esta manera, llegar a generar ese espíritu de cambio que necesita la humanidad?

A.M: Como en toda combustión la poesía tiene su momento. No siempre es el momento de la poesía; el Siglo XX y los inmediatos que antecedieron son siglos de grandes combustiones, de allí también la proliferación de poesía y recambio histórico. Cuando escribí esa frase lo hice a partir de una pregunta que me propusieron desde el Festival de Poesía de Medellín, la pregunta es esa frase, y mi respuesta es el ensayo sobre la Conciencia trágica de la poesía. Me refiero a la tragedia como expresión del arte, no como usualmente se toma desde el lugar común, en donde la tragedia es muerte y dolor. La muerte no es trágica ni el dolor lo es, la tragedia es todo lo contrario, es tensión viva, es la vida misma con sus pulsiones y contrapuntos desde donde surgen las creaciones que es el mismo lugar de donde surge la fotosíntesis, esta última es una de las expresiones más lúcidas de la poesía: síntesis y vida juntas. Para ir a la pregunta, llevo el mismo sentido: síntesis y vida, creación de posibilidades nuevas, y esto es radicalmente constitutivo. Quiero decir, que la poesía en la cultura hace presencia en los momentos cruciales y no hay necesidad de llamar a las editoriales para que esto ocurra. Las editoriales aparecen después del hecho estético, para divulgar, y nada tienen que ver con el proceso de creación. Primero es el mito que revitaliza a la comunidad y la lleva a una situación extrema, a una vivencia única que transforma la vida; tiempos después ingresan las editoriales y el mercado del libro. Por ahora las editoriales se dedican a esperar la poesía, o a mentirla, a falsearla, o a negarla; para las editoriales es un asunto de oferta y demanda, de allí la proliferación de figuras performáticas, antes que escritores o poesía.

C.L: Dentro de su obra poética nos encontramos con elementos que invitan a la búsqueda de nuestros orígenes culturales y al respeto de los antepasados; sin embargo, la triste realidad es que estas nuevas generaciones ya no estudian la historia, ni tampoco oyen a los viejos. ¿Qué camino nos queda para rescatar esas tradiciones que ya parecen perdidas? ¿Hasta qué punto nos tenemos que resignar y aceptar la existencia de un mundo globalizado, en donde el consumismo es quien pone las reglas del juego?

A.M: Hace ya unos meses leí esto de un joven poeta: “acabo de llegar al mundo, no tengo pasado”, tal vez no es exacta la frase, pero el sentido es ese. Hay una experiencia colectiva de ausencia de pasado, pero no solo de pasado, también de futuro. Y no es extraño que desde el poder se intente lo mismo: borrar la memoria. El poder ha trabajado silenciosa y pacientemente por borrar esas dos nociones de la mente humana: pasado y futuro, y lo hace desde los centros académicos y los media. En las redes impera la figuración instantánea, más que la presencia, y la imagen más que la experiencia. De allí la angustia por aparecer, la obsesión por una presencia negada y una experiencia también negada. Lo efímero en el arte es una condición del momento y del poder del momento, pero aquí ya nos salimos del campo literario y entramos a la mercadotecnia.   

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