LA ESKINA global , periodico cultural

domingo, 12 de enero de 2020

LA ESKINA magazín número 71

https://youtu.be/UyBY0ApN6HM

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LA ESKINA magazín   ISSN 1900–4168
No 71, ENERO de 2020, laeskinaperiodicocartel@gmail.comlaeskinavirtual@gmail.com; blog: https://laeskinavirtual.blogspot.com/; Bucaramanga; Dirección: Claudio Anaya Lizarazo; Consejo editorial: Gloria Inés Ramírez M., Gloria Elena Carillo, Carlos Lizcano; diseño; Gloria Inés Ramírez M.; LA ESKINA en LIBRO TOTALwww.ellibrototal.com: Daniel Navas; se distribuye en: Llega la noche en emisoras El túnel rock y UIS Stereo; Casa Cultural El Solar; IMCT de B/manga; Museo de Arte Moderno de B/manga; UCC, Cineteca Municipal Centro Cultural del Oriente; FUSADER; Coliseo Peralta; Fundación TOTEM; UNICIENCIA; UDES; UNAB; Normal Mixta de Bucaramanga; ICP )

©Reserva de derechos de autor. Las opiniones expresadas en los artículos de esta edición son responsabilidad de sus autores.
JAIME  LONDOÑO
Bogotá, Colombia (1959)  
Escritor, traductor, editor, crítico y profesor universitario. Estudió Derecho en la Universidad Externado. Literatura en la Universidad Javeriana de Bogotá. Desde 1997 dirige un taller en el Parque de Usaquén en Bogotá.
      Sus poemas aparecen en varias antologías.
Sus obras publicadas son: Hechos para una vida anormal, en 1977; Alquimistas ambulantes, en 2001; Mago sólo hay uno, en 2005;  Fantasmas S.A., en 2007; Canto de los insectos, en 2011; De mente nómada, en 2012; Sinapsis delirante, en 2018
   De historia ha publicado: Epitafios: Algo de historia hasta esta tarde pasando por Armero.
     Textos educativos publicados: Competencias escriturales desde prejardín hasta grado 11.
      Organizó el primer encuentro de niños poetas colombianos. Ha sido jurado en diversos concursos de poesía. Coordinó talleres de poesía para la Casa de Poesía Silva, destinado a niños y docentes de los colegios distritales de Bogotá.
     Ha participado en variados encuentros internacionales de poesía. Su labor educativa le ha merecido reconocimientos en los países donde ha colaborado en la formación de talleres de poesía, implementando su método "Conciencia de los sentidos". Actualmente es editor de la Editorial Domingo Atrasado y su colección respirando el verano.
 Poema  de : El secreto de los insectos

Canto de luz

Arrebujados en techumbres
el público aguarda el espectáculo
junto al rocío que destella
y alumbra la manigua mansa de la tarde.
Las luminarias con dedos de risa
encienden los amplificadores,
palmoteando y silbando salen de las grietas
a rapear tristezas sobre amargos camastros.
Primero descienden los mosquitos
a cenar en la vena dormida,
ebrios de sangre regresan a sus camerinos
burlándose de nosotros,
seres sin alas que encadenados
a un salario de muerte
olvidamos la triste armonía que nos  arma.


Preámbulo

El bicho que se inventó Kafka vive al lado mío
enseñando los misteriosos secretos del ocaso
con dedos de trigo como antenas,
ha descubierto que el cosmos se acumula
y modula datos de conciencia que moldean tu cara
como aroma de chocolate rancio.
Desde la ventana entreabierta
observo cómo mueve su aguijón
y absorbe el líquido que anega el tedio
las ideas en la mente sobria.
Con la grafía que deja en el cristal
me enseña a burlarme del matamoscas,
y de las ganas laborales que zumban cuando duermo.
Colección Respirando el verano

La Colección de poesía Respirando el verano, del sello editorial Domingo Atrasado, trabaja por congregar distintas propuestas literarias, diseminadas por las regiones de nuestro país, sin establecer vínculos de afiliación a escuelas y autores, pues cree que la diversidad es uno de los terrenos más propicios para un “diálogo con futuro”.
Es una consideración de este sello editorial, que: “publicar con responsabilidad es una aventura aún más difícil cuando se vive rodeado por una distracción casi violenta”. Tan violenta como la guerra y la amnesia decretada en nuestra historia, que lleva al desarraigo y al olvido de las personas de nuestro pueblo y sus artistas”. Por lo cual, otro de los criterios de la Editorial Domingo Atrasado es: “Publicar la esencia de la obra de un autor es una apuesta contra el olvido y la invisibilidad a que está condenada nuestra historia”.
Esta colección, inspirada en el título de la novela, Respirando el verano, del importante escritor colombiano Héctor Rojas Herazo, quiere alejarse de la poesía plomiza y melancólica, y dejar constancia del trabajo de autores nuevos o desconocidos, así como de los que han temido morir inéditos, como de diversas y heterogéneas poéticas que celebran el verano en su claridad dentro de una amplia gama de propuestas.


Fe de herratas: nuestra anterior edición, LA ESKINA magazín número 70, correspondiente a diciembre de  2019, se publicó por error en su portada como LA ESKINA magazín número 70, de noviembre de  2019. Aclarado este error, pedimos disculpas a nuestros lectores.  


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JAIME LONDOÑO
entrevistado por EDUARDO CORDERO

en MAREA POÉTICA, jueves 24 de octubre de 2019, 6:30 P.M. en LA CASA DEL LIBRO TOTAL, Bucaramanga, y viernes 25 de octubre de 2019, 7:0 P.M. en COLISEO PERALTA, Bucaramanga.

Eduardo Cordero: Quisiera que nos hablara de Magolita, la que al final de su vida comprendió que buscar compañía es uno de los síntomas de la locura y más grave aún, que existen posibilidades de que esa locura sea colectiva. ¿No cree que estamos viviendo ya en el manicomio o a bordo de la nave de los locos?

Jaime Londoño: Claro, justamente los medios de comunicación nos han metido el miedo a través de la angustia que impone la ciudad, la incertidumbre que nos produce el otro. Los medios nos dicen a diario que los delincuentes se comunican con gestos, así que cualquier desconocido que realiza un gesto es un posible agresor. No sé si Magolita ha escogido bien, lo que sí es cierto es que se burla de la norma rígida y paupérrima impuesta por los amantes de la rigidez, de lo obtuso. Asustar al conglomerado, bien sea por noticias o por seriados o por novelones, le permite al Estado tener cierta seguridad de que los temerosos habitantes están tranquilos en sus casas, de noche, con temor a salir. Únicamente los enamorados de la vida simple se van a los portones de la noche para conversar con seres enlunados.    

Eduardo Cordero: Queremos saber más de aquel hombre que se separó de Ángela, aquella mujer que se ponía en línea recta con sus objetos y hasta con su sombra. Además, que tenía reglas estrictas hasta para vestirse con ángulos, grados, tiempos. Además, que terminó convirtiéndolo a él en otra ella, pues a sus nuevas amantes las convertía en otras Ángelas y una vez convertidas las echaba de su casa, aterrorizado. ¿Cree usted que la angelitis es una epidemia del miedo que hoy regula las relaciones de pareja?

Jaime Londoño: Alguien que pasea un perro por la calle jornada tras jornada empieza a parecerse a su mascota. Las parejas se identifican por la similitud de sus gestos. En el espejo, en la multiplicidad de sus visos le es dado verse en el otro como en la otra orilla de la vida. Repetir acciones es repetir lo experimentado. Detrás del espejo está le mímica oculta de lo que repetimos involuntariamente. La angelitis se ha tornado en el miedo extremo que adquieren quienes han tenido la dicha o la desgracia de haber convivido con una misma persona durante un periodo extenso de presidio. La convivencia y la prisión solo se diferencian en el traje de quienes interpretan el personaje de guardián.

Eduardo Cordero: Quisiéramos saber un poco más de la muerta aquella que se llevaron cuando su esposo le estaba diciendo que se levantara a ayudarle a atender los invitados. ¿Cree usted que la muerte es el único escape para muchas personas con relaciones muertas de pareja? ¿O de algunas parejas de relaciones muertas? ¿O de algunas disparejas muertas con relaciones?

Jaime Londoño: La muerte es una buena consejera. Siempre atenta recuerda las conductas mortales que mantenemos a diario en la breve y profunda función de repetir y profundizar en el apego. La negación es la última tabla de salvamento contra la síntesis que es el ensayo de poder ser libre en los brazos del otro. Quizá la muerte también nos advierta que la vida paralela, la de la imaginación tiene más salidas para esa convivencia que de tan rutinaria ya se torna abyecta. Tan pronto se legaliza el vínculo amoroso las parejas caen en un hoyo negro, del que, por lo general, no se escapa ni la luz de la más mínima esperanza. Vivir del lado de la muerte, puede conducir a vivir del lado de la imaginación. Quizá, mientras uno yace en la pradera libertaria del sueño, que es algo parecido a la muerte, el otro aproveche la sesión para escalar los mundos adorados del placer. Quizá Quincas Berro Dagua nos lo explique mejor.

Eduardo Cordero: Quisiéramos saber a dónde van a vomitar o a pasar la resaca los únicos seres inteligentes que se mueven en esas juntas electorales que presiden las ministras o primeras damas que se alistan para la contienda electoral. A propósito de esta época de elecciones, necesitamos descubrir ese lugar.

Jaime Londoño: Nada mejor que un lugar oculto en medio de la vorágine del vocerío para soliviantar los ánimos producidos por la embriaguez. La otra orilla, la de la picardía, la de la sorna, la de la vida socarrona posee tales mobiliarios y espacios. Quien desee huir del absurdo anacrónico de tener elecciones está invitado. La literatura es un buen lugar libertario donde guarecerse de la resaca de dichas contiendas. Casi siempre detrás de las oficinas de gobierno existen esos exóticos y placenteros lugares. Un buen puñado de amigos recordando las reglas necesarias del vacío y la ebriedad suplan la ausencia de dicha edificación donde se expanden las virtudes de la vida simple y poco apurada.

Eduardo Cordero: ¿Cómo cree que se puede relacionar el amor conyugal y el absurdo?

Jaime Londoño: Que el amor sea el deseo del deseo del otro, es una propuesta de vieja data del sicoanálisis. Pero para la consecución de dicha fórmula ya no hay botica en la memoria porque durante el trayecto se rompieron los tubos de ensayo. Quizá se tornaron rulos, rótulos o esquemas de seguridad imprescindibles a la hora de hacerle la vida imposible al otro que convive al lado solo por el placer de hacerlo bufar. Los animales nos deben ver como bichos exóticos que necesitan del matrimonio para darle sostén a una sociedad que ya nadie quiere sostener.
“Charlas con Pichuco”
Editorial / noticia literaria
 “HAY FESTIVAL
EN CARTAGENA, HAY FESTIVAL 2020
Por Carlos “Pichuco” Lizcano
Como todos los fines de enero desde el 2006, este año también las letras se toman a Cartagena con la edición decimoquinta del Hay Festival, en esta ocasión, entre el 30 de enero y el 2 de febrero. Este evento debe su nombre al pequeño poblado Galés de Hay-On-Way, que con apenas 1.500 habitantes, cuenta con 41 librerías y en donde se tuvo la idea en 1988, de realizar por primera vez un encuentro de Literatura con algunos de los más prestigiosos escritores de la región. Cartagena fue la primera ciudad de Latinoamérica en la que se realizó este evento y posteriormente fue seguida por Arequipa desde 2015 y Querétaro desde 2016.

Este año entre los invitados se destacan:

Margaret Atwood: Poeta, novelista, ensayista y activista canadiense. Premios Booker en 2000 y Príncipe de Asturias en 2008. Se destacan dentro de su obra: Resurgir, Testamentos y El cuento de la criada. Conversatorios: 31 de enero, 12 m, en el Centro de Convenciones y 1 de febrero, a las 5 pm, en el Centro de Convenciones.

Joseph Stiglitz: Uno de los economistas más reconocidos en todo el mundo. Premio Nobel en 2001, se ha destacado por su crítica hacia la globalización, que trata en sus libros llamados: La gran brecha y El precio de la desigualdad. Conversatorio: 1 de febrero, 8:30 p.m, en el Centro de Convenciones.

Etgar Keret: Cuentista y guionista de televisión israelí. Algunos de sus libros son: Tuberías, Los siete años de abundancia y La chica sobre la nevera. Conversatorio: 31 de enero, 10 a.m, en el Salón Santa Clara del Hotel Sofitel.

Javier Cercas: Escritor español dedicado a la novela, la crónica y el ensayo. Columnista del diario El País, su principal obra es Soldados de Salamina, también La velocidad de la luz y Anatomía de un instante. Conversatorio: 31 de enero, 7 p.m. Centro de la Cooperación Española.

Leonardo Padura: Escritor, Periodista y guionista cubano. Premio Príncipe de Asturias 2015. En su obra se destacan: El hombre que amaba los perros y la saga de aventuras en forma de novela policiaca El detective Mario Conde. Conversatorio: 31 de enero, 5 p.m, en el Centro de Convenciones.

Fernando Trueba: Director y guionista de cine español. Ganador del Premio Oscar a mejor película de habla no inglesa en 1993, por Belle Époque y en cuatro ocasiones de los premios Goya. Conversatorios: 30 de enero, 8 p.m. en Centro de Formación de la Cooperación Española y el 1 de febrero, a las 12 m en el Teatro Adolfo Mejía.

Juan Manuel Santos: Expresidente de Colombia y Premio Nobel de Paz en 2016. Publicó en 2019 el libro La batalla por la paz. Conversatorio: 30 de enero a las 8 p.m. en el Teatro Adolfo Mejía.

Valeria Luiselli: Escritora mexicana, ganadora del premio American Book Award en 2018 por su ensayo sobre niños migrantes llamado: Los niños perdidos. Dos novelas son: La historia de mis dientes y Los ingrávidos.

Gael García: Actor y director de cine mexicano. Ganador de un Globo de Oro como mejor actor en la película Mozart en la Jungla. Actuó en películas como: Amores perros, El crimen del padre Amaro y Diarios en Motocicleta.

Sergio Ramírez: Escritor y periodista nicaragüense. Ganador de los premios Carlos Fuentes en 2014 y Cervantes en 2017. Autor de Adiós Muchachos, Las mil y una muertes, Margarita, está linda la mar y Ya nadie llora por mí. Conversatorio: 31 de enero, 5 p.m, Centro de Formación de la Cooperación Española.

Se destaca la participación de escritores colombianos como: Juan Gabriel Vásquez, Héctor Abad Faciolince, William Ospina, Ángela Becerra y Juan Esteban Constaín, entre otros. También los acostumbrados eventos del concierto de inauguración del Hay Festival en la noche del 30 de enero a cargo de Juan Perro en la Explanada del Centro de Convenciones; y la tradicional Gala de poesía, el 31 de enero a las 7 p.m. en UNIBAC

En Hay Festival también se lleva a cabo la diversificación de temas, mediante la realización de talleres como son: Talento Editorial, que consiste en el intercambio de ideas novedosas y exitosas dentro del mundo del libro; el Hay Festival Comunitario y el Hay Joven que buscan integrar a la población de los diferentes barrios de Cartagena, así como a los jóvenes para que aumenten su interés por la lectura y la escritura, dándoles a conocer mediante talleres, la magia que representa la literatura.

Nada mejor que llevarse un buen libro a Cartagena y leerlo a la orilla de la playa y posteriormente asistir a las diferentes charlas programadas y terminar caminando por las embrujadoras calles del Corralito de Piedra. En 2020 también Hay Festival.  
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HUMO DE LA VOZ

Divertimiento filosófico  

Por Claudio Anaya Lizarazo

Crónica dedicada a:
 Javier Fernando Anaya Pacheco
Hace algunos años, mientras disfrutaba de unas vacaciones en Barranquilla, en una conversación entre varios familiares, un sobrino, con cierta suspicacia muy propia de los habitantes del litoral caribe cuando hablan con habitantes del interior, me preguntó: “Tío, ?usted qué piensa? ?Que todo tiempo pasado fue mejor?”… La respuesta que le di ese día, obviamente no fue la que he querido o debido dar, porque en una conversación entre varias personas influyen muchos factores externos entre ellos la emotividad de algunos de los presentes i sus intermitentes comentarios, que nos impiden ejercer plenamente nuestra voluntad de reflexionar i decir. El asunto me dio vueltas en la cabeza durante tres años, claro, aparecía i desaparecía por largo tiempo, i he aquí la respuesta que le doy ahora por escrito, porque no se ha dado la oportunidad de encontrarnos nuevamente i porque la escritura es la  mejor forma de reflexión, me parece, o al menos, la más mesurada. 

Cuando pienso en el tiempo, pienso en don Pablo, el veterano peluquero del barrio, que murió hace  poco, con alguito más de cien años, según dicen, i en consecuencia de esto se puede afirmar que su vida  abarcó tres siglos, pues nació a finales del Siglo XIX, vivió durante todo el Siglo XX i murió a principios del Siglo XXI. Uno de sus rasgos característicos es, que en su barbería tenía una serie de cuadros que representaban escenas de safaris i cacerías en el África de las décadas del veinte i del treinta del siglo pasado, en plena época bajo el poder de las potencias europeas que se repartieron ese territorio al antojo de su desmedida voracidad; en esos cuadros, unos hipopótamos descomunales i feroces atacaban i volcaban una serie de embarcaciones ligeras, de las cuales los bogas trataban de huir despavoridos i los cazadores i expedicionarios repelían el ataque  de las fieras con sendos arpones de cuerda i rifles de repetición.

Don Pablo charlaba con el cliente de turno, sonreía tras su plateado bigote de corte “a lo Stalin”, su sobrepeso semioculto bajo la bata blanca, i su conversación se oía asordinada por las otras conversaciones i los sonidos de la radio que desparpajaba boleros i canciones de veredas montañeras, tan invasivas como  el rastrillar de la navaja en la cinta de curtida carnaza o el olor del agua de colonia  más bien barata o del aceite Ecla; en cualquier instante don Pablo giraba la silla i el cliente se veía de golpe reflejado en el espejo circular de la repisa gavetera, donde reposaba el instrumental, entre frascos con líquidos de variados colores. Esa era la señal de que el corte estaba concluido i había que pagar.

Don Pablo conservaba i exhibía esos cuadros, quizá como el símbolo de unos tiempos heroicos en los cuales deseó vivir; en un par de ocasiones oí que lo expresaba, pues esos cuadros para él representaban una vida de aventuras, alejada de la monotonía i en contacto con  la cruda epidermis de la naturaleza; muchas veces me he preguntado por esto, por las costumbres del entorno de su niñez i de su primera juventud, me he preguntado  por los medios a través de los cuales, hace cien años, se difundían las alternativas de recreación, cultura i entretenimiento, que pudieran llevar a un niño o un joven a idealizar un mundo alterno o simbólico, ese mundo interno que equilibra las tensiones i permite  avanzar por el mundo externo, encuentro entonces el folletín, la literatura de cordel, los periódicos, los  primeros tiempos de la  radio i del cine, también la tradición oral abocada en esas fechas al inicio de su declive por causa de la iniciante cultura electrónica. Pero… !Oh! !Ironía!... su vida estuvo atada a la peluquería i lo que conocía del mundo lo conocía por los comentarios i conversaciones que  oía de sus  clientes, que  oía en la radio i en el naciente cine, i que más tarde, iniciando los años sesenta, vio por la televisión, además de lo que se podía ver en una nutrida colección de folletines de literatura de cordel, entre cuentos, novelones, revistas, periódicos, que colgaba de una de sus paredes para que, quienes esperaban su turno en las banquetas, pudieran soportar el lento paso del tiempo.

Lo observé por muchos años, i llegué a la idea de que para  él, el tiempo no existía, de que por algún motivo había dejado de existir; para don Pablo, el tiempo era estar o ser, o soñar despierto, pero esto son sólo mis ideas por lo que vi en él, i lo que vi es que siempre estuvo entre dos ámbitos que lo torturaron, la prisión de la rutina en su trabajo i las incontables promesas del mundo. Con el relevo de las décadas, la luz desvaneció paulatinamente los colores de las litografías de sus cuadros i su vista se fue debilitando. Murió hace algunos años, según dicen, sin abandonar su cómoda prisión, pero también sin descolgar sus cuadros. La memoria de todo esto, i de lo que queda oculto, hace que me pregunte: ?Qué fue el tiempo para él? 

En el libro El mito del eterno retorno, de Mircea Eliade, el autor nos habla de la concepción de un tiempo circular en las comunidades primitivas, i de un tiempo lineal introducido posteriormente por el desarrollo de las ciencias como la astrología, la astronomía i la física, en el cual sobrevive en cierta forma el tiempo circular en algunos ritos heredados del mundo antiguo, como  el cambio de fin de año viejo a año nuevo, el esperado i temido fin del mundo al completarse el primer milenio después de  Cristo, como también se vio recientemente al finalizar el segundo milenio. 

El tiempo circular estaba inspirado por la infinita repetición del día i la noche, por el permanente relevo entre el sol i la luna, por la periodicidad de la abundancia i escasez de la caza, la rotación de las subiendas i las bajandas, las sucesivas llegadas de las cosechas, el relevo de las estaciones, tiempo en el cual las especies eran eternas i los individuos desaparecían con la muerte pero se creía que podían reencarnar, fue la época de reino del alma colectiva. Después, el tiempo lineal se originó en la concepción fisicomatemática del transcurso del tiempo, como el viaje que junto a la materia, hace en su expansión por el “vacío” del universo. El tiempo infinito, que en esta concepción no deja de fluir, la infinitud en el transcurso del tiempo, sólo detenido, retrotraído por el big-crunch… A estas fechas, la teoría de la relatividad i la mecánica cuántica han postulado el tiempo como una dimensión más, llegando a establecer que el tiempo no transcurre igual en diferentes sitios del universo…

Para Jorge Luis Borges, lo  infinito, que para algunos es otra manera de nombrar al tiempo, no es la eternidad, pues nos dice: “La eternidad no es la sucesión de los tiempos. Es un instante en el cual se congregan mágicamente, místicamente, todo el pasado, todo el  presente, todo el porvenir. Es una hermosa ficción humana”. Dejando sentado con esto, algo que desde la antigüedad ya había tratado también la literatura, la filosofía, i posteriormente la sicología: el tiempo subjetivo. Esta subjetividad es tal vez la que hace que algunos viejos, nostálgicos de los motivos de sus recuerdos, hayan acuñado esa expresión con la cual mi sobrino me  interrogó: “Tío, ?usted qué  piensa? ?Que todo tiempo pasado fue mejor?”… algunos llegan a afirmarlo i es comprensible porque no solamente habitamos un espacio o un paisaje de arraigo, sino  también, una época, o unos sueños concebidos entre nuestras fechas, como don Pablo, el peluquero.  

Este tema, desde puntos de vista como el de la  física, la sicología, la filosofía, la antropología o la sociología, es bárbaramente extenso, rebasa mis conocimientos i la intención de esta crónica. Me quedo con la teoría del tiempo de Faulkner, para quien el tiempo sólo existe en su forma de pasado, pues según él, el presente sólo es las consecuencias del pasado, i si son consecuencias del pasado siguen siendo pasado, i vivimos en el pasado porque estamos  viviendo en las consecuencias de ese pasado; en consonancia con lo anterior, el futuro es lo que proyectamos que van a ser las consecuencias del pasado, luego, no es que todo tiempo pasado haya sido mejor, sino que es… lo único que tenemos.  

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AGUA FUERTE
Por Enrique Otero D´Costa
Llevaba la ruta de Lebrija, caballero en un mulo escuálido, cuando mi mal camino me hizo tropezar con varios soldados que en el fondo de una cañada se preparaban para incinerar a algunos de sus compañeros de armas que en la noche anterior, habían muerto en la ambulancia vecina.
     Éranse tres los encargados de la cremación: dos de ellos, rasos, que ejecutaban el trabajo, siendo el tercero un cabo Sepúlveda, a quien conocí en clase de tal en la plana mayor del Batallón Anzoátegui, cuando hacíamos la campaña del norte.
     Sepúlveda vigilaba el trabajo, mientras que sus compañeros iban hacinando los cadáveres, sacándolos de una vieja carreta.
     –¡Vea usted ese cuerpo; aún vive!
     Así le dije al cabo Sepúlveda, notando que uno de los de la carreta movía una mano y un pie con un compás lentamente raro…
     –¡No  importa! ¡Ora no tamos pa reparar en vainas! La ambulancia ta llena, y como cada día llegan más y más heridos, hay que dir abriendo espacio. Al que se le notan señales de muerte, ¡juera con él! ¡Y se le da el sitio a otro que lo aprovechará más mejor!
     Habló de tal suerte el cabo, y no obstante la firmeza de sus razones intenté oponerme a la chamusquina, mas sin buen éxito, porque mi hombre era uno de aquellos rudos montañeses de Santander, de sesos berroqueños y alma atravesada, y de los que, según él mismo lo decía, “¡cuando tenía agarrada  una upinión, ni con sacaclavos podían quitársela del cuesco!”.
     –¡Pero, mi  cabo! ¡Hagan a un lado a ese cristiano, siquiera para que termine su agonía en paz!...
     –Más pior pa él, pus mientras más viva, más padecerá. Ya lo mesmo le da al probecito una hora más o una menos. ¡Cuantismás, que si vamos a aguaitar aquí hasta que jallezca de su propio gusto, nos comerá este sol que ta más que pringando!
     El cuerpo del moribundo fue colocado coronando la  pirámide y desde allí se veía su cabeza ensangrentada colgando sobre los otros cadáveres…
     Empezaron los soldados a verter petróleo sobre la pira, y cuando Sepúlveda calculó que era tiempo propicio, arrimó a los harapos un fósforo encendido. Prontamente se alzó una llama azulosa y el olor penetrante de la carne chamuscada se esparció por el ambiente. La llama subía, subía… y el fuego chisporroteaba dando aullidos siniestros.
     Y en la cúspide de la pirámide el soldado agonizante movía su pierna y su mano con ritmo raramente acompasado, y sus labios cárdenos se abrían y cerraban a cortos intervalos como si alguna cosa quisieran decir. Parecía que en su inconsciencia el pobre diablo presentía el fin que se le preparaba.
     –¡Aticen con jormalidá, arrastraos!, y no se me duerman si no queren que les espante el sueño con una tamborillada de vaquetazos.
     Esto gritó el cabo a sus soldados con una voz demoníaca mientras sus ojos seguían impasiblemente la macabra faena.
     Sentí bascas en mi interior, y volviendo las riendas al mulo, le arrimé las espuelas y continué mi marcha hacia Lebrija, rumiando aquellas palabras: “Ya lo mesmo le da al probecito una hora más o una menos”, y pensaba que quizá Sepúlveda era un filósofo sabiamente bruto…
     Por cierto que aquella misma noche, en un homérico asalto que se dio al Cerrillo de Los Muertos, pereció mi filósofo…
     ¡Bien hecho! Porque era muy bestia ese cabo Sepúlveda, a quien conocí en la clase de tal en la plana mayor del Batallón Anzoátegui, cuando hacíamos triunfantes la campaña del norte…

HUMO DE LA VOZ

ENRIQUE OTERO D'COSTA

por Claudio Anaya Lizarazo

Es uno de nuestros más insignes escritores, pues exploró el cuento, el ensayo, la crónica, la historia, el periodismo, la política i la economía. Nació en Bucaramanga el 25 de enero de 1883 i falleció en Bogotá el 25 de agosto de 1964.

De su amplia serie de obras, por hoy, resaltamos Dianas Tristes, Segunda edición Academia de Historia de Santander, Bucaramanga, 1999 (originalmente aparecida en Barranquilla en 1905); Montañas de Santander, Biblioteca Banco Popular, Bogotá, 1973; Enrique Otero D'costa, Narraciones Clásicas, Colección Autores Clásicos Programados, Ediciones Tem, Medellín.

Otero D'costa vivió en un país mayormente rural, agitado por ideas de cambio, sobrevivientes a los largos periodos del régimen conservador durante el Siglo XIX; la sociedad colombiana de entonces se asomaba al contexto internacional con el principal objetivo de la integración. El relato que hoy presentamos, es uno de sus apuntes sobre la Guerra de los mil días, episodio histórico que el autor vivió en los frentes de combate i de los cuales extractó material para dos de sus colecciones de relatos, con los méritos de haber captado las improntas cultural i política de la época, i con esa patética belleza de la literatura escrita sobre las tragedias humanas.

Hay una zona ambigua entre lo que es literatura i periodismo, porque estas dos disciplinas parten de la realidad i se diferencian en su tratamiento técnico, pero ninguna puede prescindir ni de la ficción ni del testimonio, trabajan con la memoria de hechos cumplidos i con la subjetividad de los testimoniantes como de los recopiladores de datos e información, además de ser imposible la total asepsia del punto de vista de quien ejerce el oficio de escribir, sea narrador o cronista, los dos son escritores. Los relatos de Enrique Otero D'costa sobre la Guerra de los mil días, siendo ficción, al decir de Somerset Maghaum: no partieron de la nada; sobre la sucesión de los hechos se genera una ficción atada a la información de campo que de alguna forma la reviste como documento, adquiriendo así valor de literatura basada en la historia i como periodismo testimonial, porque son relatos muy cercanos a las crónicas. Cabe resaltar la exquisita prosa de estos textos, límpida i de gran precisión en la psicología de los personajes, el acertado inserto de expresiones coloquiales para lograr el sabor local, como el tono de esos años conflictivos, además del manejo de una visión finalmente alejada, al momento de concebir i escribir la narración, desprevenida de sectarismos partidistas; quizá hayamos enumerado la feliz conjunción de algunos de los elementos fundamentales, para indagar en la profundidad de los mecanismos de las almas individual i colectiva, i desvelar así el hecho estético.

LA ESKINA 
proyecto cultural y educativo.
Dirección: Claudio Anaya Lizarazo.
Diseño: Gloria Inés Ramírez Montañez
Bucaramanga, Colombia.




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